Saltarse el Senado

El PSOE ha pactado con Podemos –y el apoyo de ERC y Compromís– la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. El acuerdo pretende revertir el cambio que hizo el PP en 2012 otorgando al Senado la capacidad de veto sobre esta Ley. Sin este cambio, Sánchez tendría muy difícil sacar adelante los nuevos Presupuestos Generales, saltarse el Senado y agotar la legislatura.

Por eso el PP se ha puesto manos a la obra para impedir esta reforma o, al menos, dificultarla. Y lo primero ha sido, de acuerdo con Ciudadanos, pedir un informe jurídico a los letrados de las Cortes sobre si se puede realizar por el procedimiento de urgencia y lectura única que piden los socialistas para agilizar los plazos. Esta vía implicaría reducir la tramitación a la mitad y eludir el debate en comisión parlamentaria.

Y el segundo freno a la proposición de ley registrada el pasado viernes, estaría en la Mesa del Congreso. La mayoría de PP y Ciudadanos en ella también les daría margen para dilatar la tramitación. Resulta más que interesante este enfrentamiento para comprobar las fuerzas de uno y otro bloque de cara al nuevo curso político. La intención de Sánchez de sacar adelante unos nuevos Presupuestos supondría no solo agotar la legislatura, sino conseguir algún éxito que ofrecer en la próxima campaña electoral, al margen de otras maniobras y fuegos de artificio.

A Pedro Sánchez le interesa seguir en el poder. Y quiere convertir –también con esta Ley– su debilidad parlamentaria en fortaleza. Lo han dicho ellos mismos después del finde en Quintos de Mora: «Estar en el gobierno es la mejor campaña posible. Vamos a estar en campaña permanente». No es ninguna novedad: ya lo sabíamos. Lo sorprendente es que lo digan con esa desvergüenza.