Cargando...

Opinión

«Está pasando, lo estás viendo»

«Está pasando, lo estás viendo». Eso proclamábamos orgullosos, hace ya veinte años, los periodistas del canal de televisión CNN+, a modo de eslogan, y eso mismo me repito hoy, mentalmente, mientras veo al colega de la CNN estadounidense sin credencial para acceder a la Casa Blanca, simplemente por formularle a Trump preguntas que él jamás querría contestar. Estados Unidos, gigantesca caja de Pandora. ¿Dónde si no un proxeneta ya fallecido puede lograr un escaño en unas elecciones? ¿Dónde si no un perturbado cualquiera puede tener a su alcance armas de todos los tamaños para masacrar una fiesta universitaria?

Allí, desde luego. Pero aquí al lado, se ve que también. Sorprendente el perfil del detenido por intentar matar a Pedro Sánchez, un francotirador practicante (por un momento pensé que el susodicho y su siniestro plan encajarían más en Estados Unidos, menudo arsenal se le encontró en su casa). «Está pasando, lo estás viendo», he musitado al ver el inmenso bodegón de rifles y balas que atesoraba Manuel Murillo.

Bien mirado, nada tenemos que envidiarle al país de las barras y las estrellas. Que se lo digan al propio presidente: un día estás muerto políticamente y al mes siguiente llegas a la Moncloa, vía moción de censura. Que se lo digan a Cospedal: un día te aclaman y, al poco, si te he visto no me acuerdo. Una mañana, el Tribunal Supremo sentencia que seguiremos pagando un impuesto hipotecario polémico y, apenas 24 horas después, el mismísimo Gobierno desautoriza al Alto Tribunal con una frase peliculera del estilo «nunca más volveréis a pasar hambre, clientes». En un giro insospechado, a golpe de real decreto ley, el coste y la responsabilidad de ese tributo pasan a los bancos que, además, no se lo podrán deducir.

Indiscutible jugada maestra de Sánchez que, al igual que el resto de sus rivales políticos, ya metidos en campaña, se apunta al carro de la justicia social y se apresura a censurar a los magistrados encabezados por Carlos Lesmes.

Desde este humilde rincón, la nula autocrítica del Supremo me suena a infinita soberbia. Tal y como está el patio, nunca lo tendrá más fácil que ahora Pedro Sánchez para convalidar en el Congreso un decreto ley. ¡Marchando el impuesto de actos jurídicos documentados! «Está pasando, lo estás viendo».