Opinión

La última ocurrencia

Sánchez dispara primero y después apunta. Lamento no recordar ahora a quien he escuchado esta afirmación, pero me parece muy acertada. A ella añado de mi cosecha que no es solo Pedro Sánchez, sino también el conjunto de su Gobierno, que parece haberse contagiado de la costumbre de su «mayor» de ir soltando ocurrencias. La última corresponde a Teresa Ribera, que ha vuelto a las andadas contra el diésel y los vehículos que se mueven con los derivados de petróleo. Así, en la futura ley de cambio climático preparada por el Ministerio de Transición Ecológica se contempla vetar las ventas de coches de gasolina y diésel en 2040, es decir, dentro de 21 años. ¿Resulta adecuado hacer este planteamiento con más de dos décadas de antelación a la vista de la rapidez con la que evolucionan los acontecimientos?

Me parece que estamos ante otro globo sonda de esos que le gustan tanto a Ivan Redondo, el todopoderoso jefe de gabinete de Pedro Sánchez en La Moncloa. Y también una magnífica tarjeta de visita con la que presentarse en la próxima COP, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que tendrá lugar dentro en dos semanas en Katowice, justo en la zona cero de producción de carbón en Polonia. Resulta curioso que esta COP, en la que se pretende conseguir un pacto para aplicar el Acuerdo de Paris y descarbonizar la economía, se vaya a celebrar en una de las principales zonas de producción de carbón de todo el mundo. Como se ve ocurrencias hay en todos los lados.