Opinión
Última ocurrencia
Martes por la mañana. Es decir, ayer. El presidente del Gobierno concede una entrevista a varias televisiones, con motivo del 40 aniversario de la Constitución. Habla sobre la Carta Magna y asume que no hay tiempo para su reforma en esta legislatura. Surge una pregunta y Pedro Sánchez responde que, «sin duda alguna», la inviolabilidad del Rey que recoge la Constitución se ha quedado vieja. Dice ser partidario de que desaparezca en el futuro y –ojo al manojo, que diría Juan Pablo Colmenarejo– «estoy convencido de que hasta el Jefe del Estado también».
Pues dejando al margen el fondo de la reforma, sobre el que luego volveré, no es Pedro Sánchez el encargado de transmitir el pensamiento de Felipe VI sobre ésta u otras cuestiones, por muchos comentarios que le haya transmitido en sus despachos privados. Justo al revés que Pedro Sánchez, por lo que pudimos escuchar poco después. Martes por la tarde. Rueda de prensa en Ferraz del secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, tras la Ejecutiva federal del partido. El Gobierno no tiene sobre la mesa «ninguna propuesta de revisión» del principio de inviolabilidad del Rey que recoge la Constitución.
La posición oficial es que no hay ninguna propuesta de revisión. «Lo demás son opiniones, obviamente, incluso del propio presidente y de quien haga falta». Pasmoso. Habíamos asistido a la rectificación de un ministro –más bien de varios– por parte del presidente del Gobierno, pero nunca a la enmienda de un ministro al propio Pedro Sánchez. Otra
ocurrencia. La realidad es que para modificar el artículo 56.3 de la Constitución: «La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad» se necesitan dos tercios de cada Cámara. ¿Tanto hay que distraer la atención del desastre andaluz?
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