Opinión

Carta a un futuro presidente

Estimado señor. Nada me agradaría más que dirigirme a usted como presidente «in péctore», pero lo escuchado a su persona y a los otros cuatro cabezas de lista en estos dos días posteriores al veredicto de las urnas andaluzas me impide por el momento concederle esa condición de cargo cantado pero todavía no proclamado ni publicitado. Dando por hecho que las negociaciones hasta conducirle a San Telmo van a estar trufadas de amagos, zancadillas, algún juego floral, triquiñuelas e intentos por hacer saltar mesa, naipes y tapete por los aires, confiaré en que el cambio, no por esperado menos atípico por las circunstancias en las que llega, se acabara produciendo y de ahí que me permita algún recordatorio conocido el percal.

De entrada y dando por hecho que, incluso quienes completen el apoyo a su investidura pasarán a hacer oposición al minuto siguiente, podrá comprobar cómo de la noche a la mañana esos colectivos que no siempre salían a la calle para manifestar su descontento frente a Susana Díaz y sus antecesores se plantan en pie de guerra, movilizados y organizados como si todos los males sociales de Andalucía nunca hubieran existido y aparecieran de golpe entre sectores concretos de funcionarios, en la educación, en la sanidad inundando la calle de batas blancas y hasta en el campo, hábitat intocable de los ocupadores de fincas cuando tocan a rebato y si es preciso de los asaltadores de hipermercados. Lo verá futuro presidente, porque la izquierda «antifascista» hará todo cuanto obre en su mano para impedir que su gobierno cambien el adocenado y subsidiado modelo productivo andaluz acabando con las redes clientelares, puesto que entiendo que esto último prima entre sus objetivos... ¿o no? Llamo también poderosamente su atención, sobre esos miles de beneficiarios del clientelismo instalado durante décadas que ha supuesto toda una red de terminales del poder desde San Telmo pasando por la última aldea, barrio, cola del paro o asociación de vecinos.

No olvide entre otras cosas, presidente, que así de «saque» unos 24 mil empleos designados a dedo pueden ser una nada desdeñable bomba de relojería, no tanto por lo que protesten como por lo que saben. Tampoco pierda de vista el efecto llamada desatado en el estrecho y el mar de Alborán porque le colgarán la etiqueta de insensible xenófobo. Habrá de manejarse usted con las ruedas atravesadas de palos de aquí a los comicios de mayo, puesto que se ventila el poder municipal y habrá de hacerlo con poca comprensión por parte de un gobierno central huérfano ya de sus presupuestos y no olvide además que eso de arrebatar feudos como el andaluz a la izquierda no suele salir gratis. De momento ya suenan los cantos guerracivilistas de bloques contra el «fascismo» desde la mismísima noche electoral. Futuro presidente, solo tiene dos alternativas: o los complejos que bien conoce o echarle dos de esos que a un expresidente del Congreso se le escapó «mandar».