Opinión

La dulce venganza de Montoro

Cristóbal Montoro acumula récords. Ha sido el ministro de Hacienda más longevo de la democracia –11 años, aunque en dos periodos– y, quizá, de toda la historia de España. Carlos Solchaga estuvo más al frente del Fisco de una tacada –8 años y 5 días–, pero en el cómputo total gana Montoro, ministro con dos presidentes, Aznar y Rajoy. En su «guinness» figura haber confeccionado unos Presupuestos que aprobó el Parlamento cuando estaba en la oposición, después de que su partido fuera desalojado del Gobierno. No está claro que haya precedentes. Ahora, esos mismos Presupuestos –que salieron adelante con los votos del PP, Cs, PNV que cinco minutos antes votó para defenestrar a Rajoy, Coalición Canaria y Nueva Canarias– pueden ser los más largos de la democracia si Pedro Sánchez no logra sacar adelante los que anuncia que piensa enviar al Congreso en enero.

El Gobierno, si no presenta Presupuestos o el Congreso los tumba –necesita los votos de ERC y del PDeCAT y no está claro, ni tan siquiera por interés económico–, debería prorrogar los anteriores, los de Montoro. Todavía más. Nadie conoce las verdaderas intenciones de Pedro Sánchez, el gran superviviente y el único que puede adelantar las elecciones, aunque ocultará sus planes, que dependerán de las encuestas, no tanto las del CIS de Tezanos y su demoscopia creativa, sino del análisis de Iván Redondo, que acredita una trayectoria de aciertos envidiable, con los sondeos que él confeccionaba o con los que interpretaba. Ahí está la hemeroteca.

Pedro Sánchez baraja varios escenarios para concurrir a las urnas, entre ellos, octubre de 2019. Eso significaría que si llega hasta entonces con unos Presupuestos prorrogados –lo más probable–, habría que prolongar esa prórroga quizá hasta principios de la primavera de 2020, cuando el nuevo Gobierno pudiera lograr que el Congreso aprobara sus cuentas. Hasta entonces, estarían vigentes los Presupuestos de Montoro, aprobados en julio de 2017, ya convertidos en los más largos de la historia. Otro récord para el ex ministro, porque –está poco explicado– Sánchez y su Gobierno, digan lo que digan, no pueden modificar por decreto los Presupuestos en vigor. La Constitución es clara. Todo aumento de gasto o reducción de ingresos sobre los Presupuestos exige un proyecto de Ley, salvo que las subidas de gasto se compensen con recortes equivalentes. Intentarían camuflarlo, pero serían recortes. Es la dulce venganza de Montoro.