Opinión

Vox: propuestas todavía inmaduras

Tras conocer los resultados de las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre, sugerí tanto al Partido Popular como a Ciudadanos que buscaran en el programa económico de Vox algún punto de inspiración que les permitiera alcanzar un acuerdo. Evidentemente, inspirarse no equivale a copiar; entre otras razones, porque las ideas generales de Vox en materia económica –bajar impuestos y recortar el gasto– son acertadas, pero sus propuestas específicas todavía están muy poco maduras. Tomemos, si no, sus recetas fiscales dentro de las 19 exigencias que han plantado para apoyar la investidura de Moreno-Bonilla en Andalucía. La formación de Santiago Abascal exige bonificar al 99% el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, derogar el Impuesto de Patrimonio, rebajar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales desde el 8%-10% actual al 5%, recortar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados desde el presente 1,5% al 0,5% y, finalmente, simplificar y rebajar el IRPF. ¿Cuál es el impacto recaudatorio de todo ello? En 2018, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones recaudará en Andalucía unos 300 millones de euros, de modo que si se bonifica al 99% dejará de ingresarse la práctica totalidad de ese importe; a su vez, el Impuesto sobre Patrimonio proporcionará 75 millones de euros, de manera que su eliminación mermará las arcas andaluzas en esa misma suma. Por su parte, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales arrojará unos ingresos de cerca de 1.200 millones de euros, por lo que reducirlo en torno al 40% disminuirá la recaudación en unos 500 millones de euros. Asimismo, el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados aportará 500 millones, de forma que recortarlo a un tercio supondrá perder algo más de 150 millones de euros. Finalmente, el IRPF asignará a Andalucía 4.650 millones de euros y, si bien es más complicado cuantificar las pérdidas de recaudación, éstas no serán inferiores a los 100 ó 150 millones de euros. La formación de Santiago Abascal está proponiendo una reforma fiscal en Andalucía que supone dejar de recaudar unos 1.200 millones de euros. Aun suponiendo que el recorte tributario vaya a estimular la actividad y a generar un repunte recaudatorio compensatorio, la pérdida neta probablemente oscile los 1.000 millones de euros. ¿Qué partidas de gasto plantea Vox recortar para financiar semejante reducción impositiva? Reducir en un 75% las subvenciones a partidos políticos y sindicatos, suprimir las subvenciones a asociaciones y ONGs «ideológicas», acabar con la administración paralela, eliminar las ayudas exteriores, reducir los costes de Canal Sur al 50% y auditar las cuentas de la Junta. Personalmente soy bastante escéptico con que tales recortes –que, dicho sea de paso, me parecen fantásticos– sean capaces de cubrir el coste de la rebaja fiscal planteada (por ejemplo, el tijeretazo a Canal Sur, uno de los mayores ajustes de los planteados, apenas ahorraría 80 millones de euros). Y, si fuera así, o se presentan nuevos recortes del gasto (que es lo que tendría que hacerse) o la rebaja impositiva no debería llevarse a cabo. En todo caso, Vox no ha cuantificado las implicaciones financieras de sus medidas antes siquiera de ponerlas sobre la mesa negociadora. Los principios económicos de Vox pueden ser correctos, pero necesitan de mucha más elaboración para que alguien pueda implementarlos rigurosamente.