Opinión
Manual para prohibir a los ricos
El Gobierno aprobó el viernes el proyecto de Presupuestos Generales para 2019, que nace con un futuro tan incierto como el principio del reinado de Witiza, según un viejo manual escolar. Las cuentas anunciadas por las ministras Montero y Calviño persiguen que Pedro Sánchez estire la legislatura y también servir como reclamo propagandístico electoral, con el recurso popular de un aumento general de impuestos que afirman que soportarán grandes empresas y «ricos», es decir, sobre todo, los empleados por cuenta ajena que ganen más de 130.000 euros brutos al año y quienes tengan un cierto –discreto– patrimonio. En la práctica la subida impositiva será para casi todos, pero la doctrina oficial la centrará en los ricos. Los Presupuestos, además, prometen más gasto social e ignoran medidas reales para reducir la deuda –Jacques de Larosiêre, ex gerente del FMI acaba de advertir en Madrid del peligro de deudas públicas superiores al 80% del PIB– o los déficits estructurales del sistema de pensiones.
El escarnio de los ricos y menos ricos siempre arroja réditos electorales. Quizá por eso, abundan propuestas tan disparatadas como populares. Christian Neuhäuser, un filósofo y profesor de la Universidad Técnica de Dortmund (Alemania), propone directamente prohibir a los ricos. ¿Cómo? Plantea aplicar un impuesto del ¡100%! sobre los ingresos a partir de cierta cantidad, que no explica, pero que no sería muy elevada. Pedro Sánchez y su Gobierno están muy alejados de esas posiciones, pero el acuerdo presupuestario que suscribió con Podemos –que es la extrema izquierda, por mucho que esté en las instituciones con normalidad– destila efluvios expiatorios/confiscatorios en sus planteamientos fiscales. La lista de subidas impositivas –IRPF, Sociedades, IVA, patrimonio, etc– es tan larga como la de los reyes godos. No puede extrañar. Pablo Iglesias ya explicó que «a la izquierda le iría mejor si en lugar de prometer paraísos para los parias de la tierra prometiera un buen infierno rojo para los ricos». Quizá alguien debería recordarle la histórica conversación entre Otelo Saraiva de Carvalho, uno de los líderes de la revolución de los claveles, y Olof Palme:
–¡Queremos acabar con los ricos!, dijo orgulloso el portugués.
–¡Es curioso, nosotros queremos acabar con los pobres!, le respondió el desaparecido líder sueco, histórico gran referente de la socialdemocracia y también mentor de Felipe González.
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