Opinión
Octavio Granado miente
El secretario de estado de Seguridad Social, Octavio Granado, compareció este pasado jueves en el Congreso para reclamar un incremento de las cotizaciones sociales, a cuenta de los empresarios, con el objetivo de solventar parte del agujero de la Seguridad Social, que este año volverá a acercarse a los 20.000 millones de euros. A su juicio, resulta intolerable que los empresarios nacionales soporten unas cotizaciones inferiores a las del resto de Europa, motivo que justificaría incrementarlas hasta equipararlas con las prevalentes en el conjunto del continente. Dos son las falsedades que contiene esta declaración pública de Granado. Por un lado, las cotizaciones sociales empresariales no las soportan únicamente los empresarios, sino también los trabajadores; por otro, el gravamen de las cotizaciones empresariales no es inferior en España al existente en la Unión Europea o la Eurozona. En primer lugar, aunque atendiendo a la literalidad de la ley las cotizaciones sociales a cargo del empresario las pague el propio empresario, en realidad, como sucede con cualquier otro tributo, esas cotizaciones son ulteriormente repercutidas –total o parcialmente– sobre terceros, en este caso, sobre el trabajador. Cuanto más elevadas son las cotizaciones sociales, más bajos son los salarios. Ante el incremento del coste salarial total, los empresarios optan por reducir sus contrataciones a menos que los trabajadores acepten un sueldo menor que, en parte, les compense ese encarecimiento; y, dada la reducción de las contrataciones, los trabajadores tienden a aceptar finalmente un cierto recorte en sus salarios. Por consiguiente, aumentar las cotizaciones sociales a los empresarios supone, también, morder las remuneraciones de los asalariados. Además, y en segundo lugar, el dato que ofrece Octavio Granado es falso: las cotizaciones sociales empresariales de España no se ubican por debajo de la actual media europea sino por encima. Más en particular, de acuerdo con Eurostat, la recaudación por esta rúbrica en nuestro país ascendía en 2016 (últimos datos comparables disponibles) al 8,2% del Producto Interior Bruto; en cambio, en la Eurozona suponía el 7,9% y en la Unión Europea apenas el 6,8% del PIB. Donde sí exhibimos un nivel de cotizaciones sociales sustancialmente inferiores a las de la media europea es en las cotizaciones sociales a cargo del trabajador: más en concreto, mientras que España recauda el 3,2% del PIB por este concepto, la Unión Europea obtiene el 5,3% y la Eurozona el 6,2% del PIB. En definitiva, o el secretario de estado de Seguridad Social desconoce cuáles son los gravámenes de los países de nuestro entorno o, directamente, nos está mintiendo a todos para justificar un nuevo sablazo (el enésimo) sobre los salarios españoles. En lugar de seguir obsesionándonos con buscar formas de incrementar las contribuciones forzosas de los españoles a ese fraude piramidal llamado Seguridad Social, más nos valdría buscar mecanismos de transición que permitan ajustar a largo plazo sus gastos para así poder hacer frente al invierno demográfico que se avecina y que no vamos a poder capear, dificultando fiscalmente la creación de empleo en nuestro país.
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