Opinión

Moviliza o muere

Quedan todavía 43 días para el arranque de una campaña oficial hacia el «28-A», pero la precampaña que echaba a rodar desde el momento en que Pedro Sánchez anunciaba la fecha del adelanto electoral ya está mostrándonos, en lo que será la gran batalla por la movilización del voto desencantado, casi melancólico especialmente en la izquierda, todo un elenco de repertorios en los que no se repara ni en el descaro, ni en la negación de lo que se afirmaba tan solo hace unos días, ni en la mismísima impudicia cuando se trata de profanar símbolos, nombres o valores.

Los primeros pasos del PSOE en esta ya comenzada carrera para liderar una mayoría mínimamente estable de gobierno han obtenido la calificación de notable para el núcleo duro de estrategas del presidente. La parroquia socialista se contempla primera fuerza en votos y escaños y los pretendidos golpes iniciales de efecto mantienen a la formación de Sánchez como única referencia de la izquierda frente a la caída libre de Podemos. Reunir en la televisión pública en torno al presidente a cómodos palmeros y alguna resultona presentadora veterana con comentarios acerca de otros líderes políticos como poco inadecuados, siendo generosos, es algo que no parece haber restado. Como tampoco ha resultado gravoso acudir a Collioure para arrogarse la petición de perdón a Machado, Azaña y los exiliados de la guerra civil en nombre de... «España». Una impudicia solo superada por la ignorancia a propósito de lo que significaba Machado, todo menos revanchismo. Habrá otros «números» preelectorales trufados del boato de históricos actos presidenciales, pero las cuentas siguen sin salir, especialmente después de ese anunciado «cordón sanitario» de Ciudadanos frente al pacto post electoral con Sánchez.

La movilización de la derecha se percibe mas activada que nunca y todavía no se tiene certeza real de hasta dónde llega la onda expansiva de lo ocurrido en Andalucía muy ligada al hartazgo general contra el desafío separatista. La suma de una mayoría de centro-derecha a la andaluza es difícil, pero no imposible. Solo queda enfrente descartado el acuerdo PSOE-Ciudadanos, –de ahí el nerviosismo socialista– esa otra mayoría que volvería a corresponderse con el elenco «Frankenstein» cosido para desalojar a Rajoy de la Moncloa vía moción de censura. Una alternativa que no sólo amenazaría con inestabilidad política permanente, retroceso en la economía y en consecuencia otra posible legislatura fallida y casi imposible de agotar por su dependencia nuevamente del prófugo de Waterloo, sino que podría acarrear –esta vez sí– lo mas cercano al punto final de un partido con 140 años de historia a mayor gloria eso sí, de un año –tal vez dos– de más vuelos en el Falcon y de ese «diálogo» que alumbra mesas de partidos y relatores...y Borrell de momento a Europa. Claro, manda el PSC.