Opinión
La diáspora de los comunes
Podemos llegó con un muy buen resultado en las elecciones europeas. En 2015, rompió las entretelas del escenario político irrumpiendo con fuerza en el Parlamento. Sin embargo, la legislatura tonta, esa en la que no se pudo formar gobierno y acabó de nuevo en las urnas en 2016, fue el principio del desastre. Pablo Iglesias se quedó en puertas de su famoso sorpasso a los socialistas.
Desde entonces ha llovido mucho y se han marchado más. Íñigo Errejón y Carolina Bescansa han sido las fugas más sonadas, pero no las únicas. Habría que sumar una larga lista en la que destaca Xavier Domènech, el líder de la confluencia catalana de Podemos con los Comunes de Ada Colau que ganó con holgura las elecciones generales de 2015 y 2016, que se marchó harto de las luchas intestinas y del fracaso estrepitoso en las autonómicas de 2017.
A pesar de que Pablo Echenique, tira balones fuera cuando habla de la crisis como hizo con Óscar Plaza en «Más de Uno de Onda» Cero, la crisis está carcomiendo a Podemos. En España y en Cataluña pierde, según las encuestas, más de la mitad de su electorado. Los Comunes quedan lejos de ganar las elecciones, sólo tendrán representación en Barcelona, y en las municipales, que están a la vuelta de la esquina, acechan nubarrones.
Ada Colau necesita retener la alcaldía para que los Comunes no se vayan a pique. Lo tiene difícil, porque su guardia pretoriana la ha abandonado en desbandada. Primero, Jaume Asens, un independentista al frente de las generales, que está pasando sin pena ni gloria. Y más, si se tienen en cuenta las declaraciones de Echenique dónde echó agua, mucha agua, al vino de un referéndum independentista, rechazando cualquier posibilidad de hacerlo con pregunta binaria, independencia sí o no, como quieren los independentistas. Y Asens. Segundo, Gerardo Pisarelo, la mano derecha de Colau entre las bambalinas municipales. Su incapacidad para alcanzar acuerdos lo han relegado a una diluida la plaza número tres de las generales.
Y, tercero, la última renuncia hace 48 horas. Gala Pin, compañera de andanzas de Colau como activista, tira la toalla y deja la política. Iba en la lista de siete y ahora irá de 37. Dice que no tiene fuerzas. La diáspora de los Comunes puede no acabar aquí, porque la crisis se expande como mancha de aceite en toda Cataluña. En más de una docena de ciudades se presentan candidaturas separadas por el mismo espacio. Si Colau no retiene la alcaldía, los Comunes seguirán, pero no como los conocemos hoy. Su diáspora no ha acabado.
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