Opinión
Primer round: tablas
Ayer les contábamos que se iban a utilizar los debates para hacer jaque mate al contrario. PP y Ciudadanos se apuntaron a esta posibilidad. Se aferraron al debate como la posibilidad de dar la vuelta a las encuestas. Hasta Podemos se sumó al carro. Sin embargo, el debate de RTVE quedó en tablas. Queda el segundo, y visto lo visto, el más importante, el de Atresmedia.
Todos siguieron su guion.
Casado se presentó como solución frente a la izquierda, poniendo en valor la gestión de Rajoy, agitando el peligro de un gobierno socialista en manos de independentistas. Rivera se sumó a esta acusación, fue a ratos presidente de las familias, de los autónomos, y hasta el presidente reformista, al tiempo que se dedicaba a dar patadas en la espinilla a todos, sobre todo a Casado cuando le recordó, entre otras lindezas, que el milagro económico del PP está en la cárcel. Iglesias, Constitución en mano, se vistió de adalid de las clases populares. El presidente del Gobierno evitó los enfrentamientos y meterse en charcos, sacando pecho con sus viernes sociales y recordando la corrupción del PP.
La igualdad de género y el debate territorial tuvieron sus momentos álgidos. Se plagaron de zascas y cargas de profundidad contra el adversario, aunque todo dentro de lo previsto. Casado y Rivera entraron a saco contra el PSOE «por romper España». Sánchez se defendió. Apostó por la convivencia y acusando a las derechas de mentir. El debate se polarizaba por momentos y el líder morado se quedaba en el rincón de pensar. Al final, Iglesias intentó reivindicarse. Quería saber si el PSOE pactará con Ciudadanos. Se quedó con las ganas.
El jaque mate tendrá que esperar. Todo queda abierto para el debate de hoy. Eso sí, Rivera ganó. Fue el que más dijo la palabra España. Poco más. También se quedó con las ganas de que Casado se entregara a su propuesta de coalición.
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