Opinión

La madre de las batallas

El debate fue bronco. En todo. En empleo, pensiones, impuestos y, sobre todo, con Cataluña, donde Casado y Rivera hicieron entente contra el presidente Sánchez. Todos sabían que se la jugaban. El debate de Atresmedia fue madre de todas las batallas. Pedro Sánchez estuvo más fajador que en RTVE y arriesgó más desde el primer minuto. porque un presidente debe arriesgar. Y de eso ejerció Sánchez, de presidente. Tanto que dejó a Rivera en fuera de juego cuando le regaló el libro de Abascal. El segundo crochet fue la carta a los trabajadores andaluces que actúan en violencia de género.

Albert Rivera estuvo hiperactivo, maleducado, según Iglesias. Se enfrentó e interrumpió a todos. Con Sánchez, pero más con Casado. Estuvo huidizo con Vox y negó que la extrema derecha sea la muleta del gobierno andaluz. Rivera sobreactuó. Le dijo mil veces a Sánchez que estaba muy nervioso, la argucia típica del tertuliano mediocre. Carlos Alsina, dixit. Pablo Iglesias ejerció de profesor. Suave en las formas, contundente en contenidos. Recuperó protagonismo y se zafó de ser la muleta del PSOE, al tiempo que insistió en garantizar la presencia de Podemos en un gobierno de coalición. Pablo Casado marcó tono como alternativa de gobierno. Aguantó los ataques de Rivera y se centró en Sánchez. Hizo caso omiso de las continuas ofertas de gobierno de coalición que le planteó Rivera. Con Vox, of course, que sus votos serán necesarios. Seguro que millones de españoles siguieron un debate que influirá, sin duda, el 28-A. Sánchez salvó los muebles y marcó tono presidencial. Casado se perfiló como el líder de la derecha. Iglesias resurgió de sus cenizas. Todos ganaron, menos Rivera que ayer perdió.
Game Over.