Opinión

Los olvidados

Dos prestigiosos periódicos europeos, «Le Figaro» en Francia y «The Guardian» en Gran Bretaña, han resaltado, con amplios reportajes sobre el terreno, el problema de la España despoblada de cara a las elecciones del domingo. El periódico francés ilustra el relato con una gran foto en color con la pancarta «Soria quiere futuro» exhibida en la reciente manifestación de Madrid, y su reportero recorre las «Tierras Altas» sorianas, el mayor desierto demográfico de Europa, poblado de pueblos muertos, donde está mi patria. Entre otras cosas comprueba que «la omnipresencia de los independentistas catalanes exaspera a los habitantes de Soria». Cierto, y no sólo a los sorianos. Los periodistas del «Guardian» visitan Sayatón, un pueblo de cincuenta habitantes en Guadalajara, junto a la sierra Altomira. Una de sus principales interlocutoras es María Ángeles Rosado, una joven agricultora que está terminando de sembrar. Les dice que en el pueblo no hay colegio ni pediatra; y el médico va una hora una vez a la semana. Ese es el retrato exacto de lo que ocurre en cientos de pueblos de España, puede que en miles ahora mismo. «Y aquí seguimos, con una sonrisa, dando de comer el mundo».

Después de la revuelta de la «España vaciada» en Madrid, en vísperas de las elecciones y del día de los comuneros, parecería que los políticos que concurren a estos comicios se habrían enterado del grave problema de la despoblación y del desequilibrio demográfico, que amenaza la vertebración de España. Pero todo indica que se han tomado la civilizada protesta del mundo rural a título de inventario. Apenas ha habido una mención al problema en los resonantes debates televisados. Sólo de pasada, en contadas ocasiones, y para quedar bien o para tapar sus vergüenzas. Los que han sacado el tema a relucir –me refiero aquí a los de Ciudadanos, que no han salido de la ciudad como su nombre indica, ni se han manchado nunca los zapatos de tierra– son precisamente los que proponen en su programa la eliminación de miles de Ayuntamientos –todos los menores de 5.000 habitantes– y la supresión de las Diputaciones, único sostén de la España semivacía.

Aunque parezca mentira, los políticos, en sus debates, se han olvidado de Europa y de los pueblos. En Europa, como se ve por «Le Figaro» y «The Guardian», no se olvidan de los pueblos «vaciados» de España. ¡Es tan largo el olvido!, que diría Neruda. El olvido de los políticos es la segunda muerte del mundo rural.