Opinión

Mayoría cautelosa

Iván Redondo, el estratega electoral de Pedro Sánchez, ha revelado que salen en busca de la mayoría cautelosa, la gente moderada, la que no quiere riesgos innecesarios. Se presentan como la fuerza tranquila, como el partido institucional, que dispone del BOE y de los demás instrumentos del Estado, el único que está en condiciones de formar Gobierno. O yo o el caos, viene a ser la fórmula mágica, poco original, para el 10-N.

O Gobierno presidido por Sánchez o seguirá el bloqueo. Eso dicen. No hay vuelta de hoja. Para eso hay que atraer para la causa al caudal de votos moderados de centro, pero sin dejar de proclamar a todas horas hasta la náusea lo de Gobierno progresista de izquierdas. Una aparente contradicción. De hecho, no se renuncia a que el eje de la campaña siga siendo la eterna dialéctica izquierda-derecha, tan española.

Sólo la previsible agitación del conflicto catalán puede obligar a cambiar los planes; pero, en ese caso, si se quiebra allí abiertamente la legalidad y hay brotes de violencia, alentados desde las instituciones autonómicas, el candidato socialista es capaz de responder con energía, sin contemplaciones, en defensa del orden constitucional. Eso le ayudaría a atraer a su causa a los votantes cautelosos de centro. Una de las virtudes comprobadas de este político es precisamente su carácter camaleónico. Si hay que hacer o decir lo contrario, se hace o se dice cuando convenga.

Lo razonable, el sentido común, que fue la gran arma de Mariano Rajoy, vuelve a ser, con el inteligente Redondo al frente del negocio, el principal argumento electoral. Todo ello, con la mayor cautela, que no está el panorama para euforias desatadas. En Moncloa han comprobado con no poca preocupación que el carro se ha parado. En los últimos días han visto que la intención de voto al partido centenario no sólo no sube sino que está menguando. Ni Rivera ni Errejón van a facilitar las cosas. Las cuentas no salen. Conviene, en efecto, ser cauto, prudente, para no cogerse los dedos. Hay que ir con pies de plomo, sin alaracas.

Nada de insultos innecesarios, nada de romper puentes. ¡Quién sabe con quién habrá que pactar el día 11 de Noviembre, cuando a los cerdos les llega su san Martín, para superar el persistente bloqueo! Cautela, como se sabe, es la «precaución, cuidado o reserva y sigilo con que se ejecuta algo, en previsión de un riesgo» o para no descubrir las cartas. Parece que la aspiración primera de mayoría caudalosa se queda en mayoría cautelosa.