Opinión
Zeus y Europa
Tras las muchas valoraciones a la sentencia del TJUE en la que nos dice que Oriol Junqueras era eurodiputado sin necesidad de recoger el acta y cumplir con los requisitos que nuestra legislación nacional prescribe, y que, por lo tanto, contaba con inmunidad, lo que queda demostrado es la dificultad jurídica que el caso entraña, la cual animó a la Sala Segunda del Tribunal Supremo español a plantear la cuestión prejudicial al efecto, por ello se debe destacar la debida diligencia de nuestro Tribunal Supremo. La cuestión de fondo no es fácil, hasta el punto de que el presidente del TUE, una instancia inferior al TJUE, decidió desestimar una petición de medidas provisionales por parte de Puigdemont y Comín para poder acceder al Pleno inaugural del Parlamento Europeo y ocupar sus escaños, –tampoco lo debía tener muy claro el Tribunal Europeo–. Al margen de la intoxicación que algunos intentan introducir, no cabe duda de que la Corte Europea ha optado por una interpretación en favor de la adquisición de la condición de eurodiputado aunque no concurran los requisitos que la legislación de cada estado establezca, algo que siendo muy respetuoso con el principio democrático, se aparta del principio de legalidad en cada Estado. Pero quizá los más llamativo es que no se esgrime el principio general de supremacía del Derecho de la Unión sobre nuestra Ley Electoral, acudiendo a un subrepticio e inexplicable apartamiento de la norma española, que hace que a muchos no nos convenza la resolución del Tribunal Europeo. Desde un punto de vida jurídico la sentencia se debe acatar sin duda, pero desde una óptica sociológica no cabe duda de que contribuye a crear una corriente euroescéptica en España hasta ahora inexistente. La construcción europea es un proyecto único que ha logrado que los Estados europeos hayan superado un pasado marcado por el conflicto y desarrollen conjuntamente un nuevo marco común de entendimiento político, económico y social. Pero el singular valor que la Unión Europea representa, como ejemplo de superación de la división, así como de esfuerzo para la consolidación de un continente pacífico y próspero, debe seguir respetando idiosincrasias específicas, porque si no, se corre el riesgo de que Zeus transformado en un toro blanco rapte de nuevo a Europa como en el texto de la Ilíada.