Opinión
Dos almas: aznarismo y rajoyismo
En la crisis del Partido Popular en el País Vasco subyacen, como en tantos otros lugares, dos almas: el aznarismo y el rajoyismo. José María Aznar fue aquel presidente facha, víctima él mismo de un atentado terrorista, pero que llegó al Gobierno apoyándose en los dos partidos nacionalistas: el PNV de Arzallus y la Convergència de Pujol. Nada que ver con lo que son ahora. Y, aunque nadie daba un duro por aquello, no solo culminó la legislatura, sino que ganó la siguiente por mayoría absoluta. Mientras tanto, el PP del País Vasco cosechaba los mejores resultados de su historia; soportaba con dolor las muertes de sus compañeros, y mostraba con orgullo sus valores y principios. Pero ETA dejó de matar. Y alguien pensó que, para mirar al futuro, había que cambiar de discurso.
Y llegó Rajoy. Y no se le ocurrió otra cosa que mandar de vuelta a Alfonso Alonso a Vitoria para pilotar este nuevo PP. Tenía a los Oyarzábal, Maroto, y Sémper que, aunque afincados ya en Madrid apoyaban a su amigo. Pero aquello no solo no funcionó sino que se quedaron sin Rajoy, sin Soraya, y sin discurso. Y quizá por eso vino Casado y dijo que había que pactar con Arrimadas. Y Alfonso Alonso que soñó que era Núñez Feijóo no solo puso pegas a la operación, sino que se plantó. El resto ya lo conocen.
Alguien poco avisado podría pensar que esto ha sido cuestión de personas y de listas. No es verdad. El constitucionalismo casi ha dejado de existir en el País Vasco. No hay más que mirar allí al PSOE. Y, para ser alternativa son importantes las personas pero, mucho más las ideas. Y de ninguna manera te puedes confundir con el nacionalismo. Porque ese sí las tiene.