Crisis económica
“Las fantasías de Calviño”
La vicepresidenta económica debería abandonar el Olimpo de las grandes teorías, los artificios contables y el maquillaje macroeconómico para bajar al mundo real de los mortales
La vicepresidenta económica y la ministra de Hacienda comparecieron ayer para explicarnos un Programa Nacional de Reformas y una actualización del Programa de Estabilidad con su cuadro macroeconómico que no hacen otra cosa que certificar una maquillada debacle. La ausencia de autocrítica y el exceso de propaganda gubernamental es irritante. La metáfora de la orquesta del Titanic es muy útil en estas circunstancias, aunque sin el heroísmo de los músicos que siguieron actuando en lugar de salvar sus vidas.
Los nuestros sobreviven con buenos sueldos públicos y sin hacer recortes o apretarse el cinturón. Al final, el transatlántico se hundió. Más allá de los mitos, la realidad es que la economía se hunde. Calviño nos explica unos informes que serán papel mojado en unos días, aunque lo haga con la seguridad de alta funcionaria de la UE. Al igual que Ribera es el sector pijo progre que conoce la economía real gracias a los libros que ha leído o los informes que ha hecho y ahora le hacen.
Estoy seguro de que tendrá algún amigo que no será técnico comercial del Estado o funcionario del grupo A e incluso conocerá a comerciantes de su barrio con los que empatizará por la tragedia que sufren. Con Gonzalo Anes hablábamos de los fríos economistas que saben mucha teoría y matemáticas, tienen buena memoria y conocimientos superficiales de la Historia de la Economía, que siempre son muy útiles.
Calviño debería abandonar el Olimpo de las grandes teorías, los artificios contables y el maquillaje macroeconómico para bajar al mundo real de los mortales. Los datos que presentó son un descarado ejercicio de optimismo que no engañan a nadie. El sistema económico se ha colapsado. La recuperación en V asimétrica cayendo la economía entre un 15 y 20 por ciento del PIB y superando el 20 por ciento del paro es una teoría delirante.
El gasto público se dispara, bajan los ingresos tributarios, la mayor parte de empresas entran en pérdidas y se tienen que sobreendeudar para sobrevivir, la campaña turística será residual, las exportaciones han caído… me gustaría conocer de donde sale esa pintoresca teoría de la V asimétrica y por ello estoy releyendo a Cameron y Neal para ver si encuentro algún antecedente. ¿Qué ritmo de crecimiento espera? Lo mejor es que 2020 es malo, pero el 2021 tiene una pinta fantástica. Claro que de una fantasía de Calviño.
Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).
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