Opinión

¿Más fuertes?

Allá por el mes de junio, ya con el fin de un estado de alarma que llevaba aparejados datos claramente esperanzadores en la lucha contra el coronavirus, añadiéndose la cercanía de la época estival y unas más que comprensibles prisas por la reactivación de la actividad económica, pocos lograron sustraerse a ese forzado triunfalismo que nos dibujaba un panorama de «nueva normalidad» marcado por el «bicho» en retirada con los calores veraniegos, más debilitado en su carga vírica y a la espera de ser sentenciado por la llegada de una vacuna. Pero si hubo un lanzamiento de campanas al vuelo especialmente precipitado, ese fue el del gobierno de la nación cuyos «tics» de servidumbre demoscópica le volvieron a empujar a un intento desesperado por recuperar terreno de popularidad perdida ante a los adversarios políticos de la oposición a cuenta de los mejores datos frente a la pandemia. Craso error reflejado en dos frases del presidente Sánchez ante los periodistas, «hemos vencido al coronavirus» y «salimos más fuertes». Frases que hoy se han convertido casi en palabras malditas y que van a golpear con no poca insistencia al gobierno en este duro arranque de septiembre, con unos rebrotes que se han convertido directamente en una nueva ola que crece sin control. Llegados a este punto, algunas excusas que se mostraban validas en marzo, ahora puede que ya no lo son tanto, sobre todo porque a estas alturas ya sí sabemos a lo que nos enfrentamos a diferencia de hace seis meses y porque previsiones como el arranque de un curso escolar están perfectamente contempladas en el calendario y no suponen sorpresa alguna para quienes tienen la obligación de afrontarlo estableciendo garantías con la suficiente antelación y sin improvisaciones. Tampoco hay excusas si reparamos en otro elemento tan evidente como es el hecho de que los países de nuestro entorno -alguno de ellos como Italia incluso más golpeado en origen por la covid-19- están demostrando una mayor eficacia en su gestión, hecho que nos sitúa hoy como tristes campeones a la cabeza de infecciones en toda Europa. Todo ello hace por lo tanto mucha más inevitable la pregunta a propósito de las palabras de Sánchez ¿salíamos realmente más fuertes? Por desgracia lo que se presume es un panorama en el que la ola actual de casos positivos siga creciendo aparejada a un aumento de los ingresos hospitalarios y es aquí donde ya se atisba lo peor que puede hacer el gobierno ante la situación, que no es otra cosa más que optar por el «politiqueo» frente a la política de estado, o lo que es igual, tratar de escurrir el bulto de la inacción propia hacia una gestión de las comunidades autónomas que es cuestionable sin duda, pero cuyas competencias chocan incluso con resoluciones judiciales en un momento en el que las leyes que valían para cualquier otra época, no sirven frente al gravísimo órdago de emergencia nacional que supone la pandemia. No presidente, no salimos más fuertes. Mas al contrario parecemos los repetidores de la clase europea.