Opinión

La ironía política del IVA en tiempos de la Covid

Jesús Sánchez Martos

El presidente del Gobierno está totalmente obligado a explicar a todos los españoles con total transparencia las razones por las que se ha resistido durante más de 7 meses a reducir el IVA de las mascarillas quirúrgicas dejando su precio final en 72 céntimos, es decir, una ridícula rebaja del precio que hasta ahora pagamos de tan sólo 24 céntimos de euro. Ahora, la Ministra de Hacienda y portavoz del gobierno María Jesús Montero «nos vende» esta medida, que se refleja en el Rd 34/2020, como un «gran esfuerzo del gobierno» porque deja de ingresar entre 350 y 850 millones de euros. ¿No ha cuantificado la ministra los millones de euros que estamos pagando todos los españoles para poder conseguir las mascarillas? ¿Por qué les cuesta tanto trabajo aceptar que las mascarillas, y no solo las quirúrgicas, sino también las higiénicas y las FFP2, son un producto sanitario de primera necesidad para evitar el contagio de la COVID-19 y que además son de obligado cumplimiento, bajo sanción para quien no las utilice? Una nueva y gran ironía del Gobierno, que hace gala de su «gran resistencia» al cambio desde marzo, y de los continuos desacuerdos entre sus propios ministros: hace una semana José Luis Ábalos nos decía que era imposible bajar el IVA de las mascarillas porque no lo permitía la Unión Europea, olvidando o queriendo olvidar que desde el 5 de mayo, todos los estados miembros estaban autorizados por la situación extraordinaria que estamos viviendo, mientras que el mismo día, solo unas horas después, la ministra de Hacienda se comprometía por fin, y obligada por la presión social, a reducir el IVA, del 21% al 4% aunque solo hasta diciembre de 2021. ¿Cabe mayor descaro o ironía política?

Si el objetivo de todos como no puede ser de otro modo, y por supuesto que del gobierno y la oposición, es llegar a controlar esta pandemia reduciendo en todo lo posible el contagio y la transmisión comunitaria, las mascarillas, además de que no deberían estar gravadas con ningún tipo de IVA, como ya hacen otros países de nuestro entorno, se deberían entregar en todas las farmacias al presentar nuestra tarjeta sanitaria, con lo que cada uno de nosotros abonaríamos la cantidad proporcional a nuestros ingresos o situación laboral, de igual modo que se hace con cualquier medicamento o producto sanitario, que además de imprescindible para el control de la Covid es de obligado cumplimiento.

Y por supuesto que no solo la mascarilla quirúrgica, sino también las higiénicas, sin olvidar la importancia que en estos momentos cobra la utilización de las FFP2, que protegen a quien la lleva puesta de forma correcta y también a quién está a su lado, esenciales por tanto en los medios de transporte, como el tren, el autobús o el metro.

Sigo preguntándome quién o quiénes toman estas decisiones que nos afectan a todos, y por qué todavía seguimos afrontando este grave problema de salud pública, sin contar con un verdadero «Comité de especialistas totalmente libre e independiente». Seguro que de contar con ellos, les recordarían a quienes nos deben gobernar con criterios científicos y no políticos, que son 4 las reglas de oro de la prevención del contagio en esta epidemia: 1-la higiene de las manos, 2- distancia física, 3- el uso adecuado de mascarillas eficaces y 4- la ventilación de todos los espacios interiores.

Sin embargo, el gobierno con la gran ironía política a la que nos tiene acostumbrados solo ha rebajado el IVA de las mascarillas quirúrgicas, con lo que las higiénicas, que por cierto son las más utilizadas por las personas con menor poder adquisitivo, tendrán que seguir pagando el 21% de IVA. Totalmente insostenible y un auténtico despropósito. Las mascarillas higiénicas, las quirúrgicas y las FFP2, deberían adquirirse únicamente en las farmacias y con nuestra tarjeta sanitaria. Y no, no estoy defendiendo que sean «gratuitas» porque no lo serían ya que con nuestros impuestos estamos soportando el gasto farmacéutico de todos los productos sanitarios necesarios para nuestra salud y «copagamos» con nuestras aportaciones individuales en las farmacias.

Y una última pregunta Sr. Sánchez, si antes de la pandemia, en diciembre de 2019, las mascarillas costaban 5 céntimos, ¿cuál es la razón por la que hemos pagado hasta ahora 96 céntimos y tras la irónica y bochornosa rebaja del IVA estemos pagando ahora 76 céntimos?