Opinión

Valentina

Además, ¿eso de la democracia i-Liberal no lo practicaba ya Franco? ¿Nadie, al menos de cierta edad, o cierto bachillerato, recuerda lo que fue la «Democracia orgánica»…?

Una ha estado toda la vida adorando a Valentina Tereshkova, cosmonauta soviética y primera mujer que salió al espacio, pero resulta que ahora es diputada del partido de Putin, y hace ya un tiempo hizo público y oficial su deseo de que el susodicho se quede como presidente eterno de Rusia. (Qué «putinísima» suerte, gracias). Y hablando de tal, Doña Valentina es de la edad de nuestras mayores pero, al contrario que nuestras madres o abuelas de posguerra, ella sí se atrevió a salir de casa desde jovencita… ¡Llegó a la estratosfera! Hoy, como diputada del partido en el poder, una la oye hablar y piensa en arrancar de cuajo el póster con su foto de las paredes del dormitorio de su infancia. Aunque ya sea demasiado tarde. Que Putin se quede de Amado Líder Eterno de Rusia, no sería extraño. Que lo haga Maduro, sí. (En Rusia y hasta en Venezuela). En nuestro pequeño mundo gustan los líderes fuertes, y sobre todo perpetuos. Halcones —y hasta pajaritos, como Evo Morales— capaces de manejar con mano de hierro los destinos del común. Y, especialmente, sus bolsillos personales. A ese sistema se le denomina democracia «i-Liberal» (un líder fuerte, refrendado por elecciones amañadas, dado que el control y conteo de votos está monopolizado precisamente por el poder, que convoca). Se nos vende «democracia i-Liberal» como si fuese un gran invento, cuando camufla a las inconfundibles dictaduras de siempre, aunque ahora no garantizan un mínimo de seguridad ciudadana, cosa que sí hacían antaño. Compárese la URSS con la Venezuela bolivariana. Pero la idea prospera. Incluso en Europa, que antaño era el refugio de Occidente y hoy Puerto Pateras. Además, ¿eso de la democracia i-Liberal no lo practicaba ya Franco? ¿Nadie, al menos de cierta edad, o cierto bachillerato, recuerda lo que fue la «Democracia orgánica»…? El castrochavismo, que se desgañita acusando de fascista a todo el que no siga sus dictados (nunca mejor dicho) ha «descubierto» lo que Franco hacía con mejores resultados. Por eso ­–admirada Valentina– yo escribo i-Liberal, como i-Phone, y ya tal. Porque la democracia en estos días tiende a orgánica, mayormente.