Opinión
Papá Noel ingresado
Llevaba yo unos días con ansiedad y un hambre desaforada. En mi cabeza bullía una zozobra, un no sé qué que no me dejaba dormir bien. Y de repente descubrí lo que era: el anuncio de Papá Noel ingresado, que me tenía bastante inquieta. ¿O acaso lo que me inquietaba era el hecho de que el Olentzero, el Papa Noel vasco, está regañando a los niños vasquitos, por enviar sus cartas en castellano y no en vascuence? Es todo muy desolador por igual, como también lo es el hecho de que se esté cuestionando la vuelta a casa de Don Juan Carlos, un Rey que sacó a España de la cloaca del olvido y la puso en el mundo, próspera y moderna, ausente de conflictos entre los de un signo y los del otro, igualito que ahora, pero al revés, que vivimos un momento guerracivilista con odios, ganas de revancha y de revuelta republicana. Con un gobierno que nos tiene vendidos y con un país cruzado de brazos que no reacciona ante la mentira, la trampa y el chavismo. ¡Qué asco! Y con un Rey Hijo que no reacciona debidamente para devolver el honor que quieren arrebatar a su padre, a quien se lo debe todo. El gran error del Rey Padre fue aquel “lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder”. No hay nada que perdonarle, solo merece el agradecimiento de quienes hemos vivido su Jefatura de Estado desde el principio. Pero España es país de ingratos y de holgazanes que se les ha olvidado salir a la calle, porque desde el asesinato de Miguel Angel Blanco a manos de los terroristas etarras que hoy toman las decisiones luego de la bajada de pantalones de Sánchez a cambio de permanecer en su colchón nuevo de Moncloa, no se ha echado la gente a las plazas de los pueblos y ciudades para protestar por la ruina en que se nos está sumiendo, la falsedad de los datos que se nos ofrecen y los pactos con la gentuza cuyo único objetivo es despedazar un país que a lo largo de los últimos siglos había logrado encajar todas sus piezas para alcanzar la grandeza que hasta hace poco teníamos. Ahora, con las habituales cortinas de humo, quieren cegarnos para que no veamos una realidad negra que nos aguarda en los próximos años. Lo único bueno cara al futuro es la tan deseada vacuna contra este bicho que nos ha cambiado la vida. Dicen que van a sacrificar medio millón de tiburones para crearla puesto que en el hígado de los escualos se halla una sustancia denominada escualeno con la que ya se ha trabajado en varios tipos de vacunas desde hace muchos años. Los ecologistas están ya poniendo el grito en el cielo, como es habitual, pero todos estaremos de acuerdo en que más importantes son las vidas humanas que se salvan gracias a la muerte de estos animales. Ayer, en una cena de amigos realmente entrañables, la pregunta se repitió en varias ocasiones aun cambiando de conversación: “¿os vais a vacunar?”. Pues mira, yo sí. Es de ignorantes dudarlo, lo mismo que pecan de ignorancia los negacionistas y no es deseable que se nos incluya en ninguno de los dos grupos. La verdad es que no es bueno estar incluido en ningún grupo, sea de la índole que fuere, porque a mi modesto entender lo más importante de cada cual es lo que nos diferencia del resto. Seamos mejores o peores lo que cuenta es el carisma. Lo demás es la vulgaridad de la que debemos huir.
CODA. El alcalde Almeida responde con guasa a los que se meten con su estatura. ¡Qué chusco es meterse con los aspectos físicos de las personas y qué buenas respuestas tiene el mejor político del país! Almeida for president ¡ya!
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