Opinión

Los lamentables socios de Sánchez

Hay que partir de la base de que un discurso de Felipe VI nunca gustará a los comunistas, anticapitalistas, bilduetarras e independentistas.

Es casi imposible encontrar algún aspecto criticable en el Discurso de Navidad del Rey, desde el sentido común y una visión de Estado. No era fácil, hasta el momento no ha tenido ninguno que lo fuera, inmersos como estamos en las crisis que nos afectan. El discurso recogió todos los temas importantes, porque ninguno ha quedado fuera e incluso fue muy claro y contundente en lo que afecta a don Juan Carlos.

Hay que partir de la base de que un discurso de Felipe VI nunca gustará a los comunistas, anticapitalistas, bilduetarras e independentistas. Es algo de sentido común. Lo único que les hubiera saciado es que linchara a su padre, criticara la Constitución y reclamara un referéndum para la autodeterminación. Es decir, cuestiones que rechaza la inmensa mayoría de la sociedad. En lo primero hay que esperar a que hable la Justicia, que es lo único importante en el Estado de Derecho que Iglesias y sus amigos quieren laminar en su sueño por la revolución bolivariana a la española.

Los otros dos son auténticos disparates que el jefe del Estado no podría nunca asumir, pero tampoco los partidos que defienden la Constitución y que representan a 277 diputados de los 350 que tiene el Congreso. No parece que Iglesias tenga apoyos suficientes. El problema de fondo es que, desgraciadamente, los socios del PSOE forman parte de ese grupo que cuestiona la unidad de España y mantiene posiciones en contra de nuestra Carta Magna. Esta es la anomalía española que no tiene parangón en ningún país de la UE. En algunos hay formaciones antisistema, pero no se sientan en el gobierno. Es insólito que el vicepresidente y su equipo se dediquen a atacar al jefe del Estado por un discurso que refleja fielmente lo que cabía esperar en unos momentos tan difíciles como los que afrontamos colectivamente.

No hay que darle más importancia, porque la ofensiva de Podemos y sus aliados nació muerta. Es pura propaganda inconsistente que pretende ser un salvavidas ante el imparable retroceso que sufren los comunistas en las encuestas. En lo que hace referencia a los independentistas catalanes tendremos que esperar al resultado de las próximas autonómicas, pero realmente es mucho ruido y pocas nueces porque han aprendido que su agenda está condenada al fracaso. Con el PNV no hay ningún problema mientras puedan pasar por caja, que es lo único que realmente les interesa. Los fuegos de artificio no nos tienen que confundir. España es una gran democracia que no tiene que temer a los antisistema.