PIB

El PIB, San Pedro y el lustro perdido

«Años perdidos. El PIB de 2020 es más o menos el mismo que el de 2016»

Jordi Maluquer y Leandro Prados de la Escosura son dos economistas que han calculado, cada uno por su parte y no sin cierta rivalidad científica, el PIB de España desde 1850. Sus datos, aunque similares, no coinciden, pero su repaso constata que, con la excepción de 1936, el primer año de la Guerra Civil, la caída de la economía española de 2020, certificada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 11%, es la mayor desde que hay datos comparables. Algunos citan 1868 y la crisis derivada de la financiación de los ferrocarriles, con un descenso del 13,3% del PIB, pero las cifras no son concluyentes.

La vicepresidenta Nadia Calviño nunca imaginó, cuando accedió al Gobierno, que tendría que apechugar con un desplome de la economía como el provocado por la Covid-19, mientras queda la incógnita de si la acción del equipo de Pedro Sánchez agravó o mitigó la situación. Los 1,119 billones de PIB del pasado son los mismos que los de 2016, lo que significa que, de repente, la economía española ha perdido todo un lustro. El batacazo de 2020, al margen de que el INE, en una revisión pendiente, lo aumente o reduzca unas décimas, es ya historia. Ahora el reto es recuperar todo lo perdido. Los datos del último trimestre, aunque positivos en 0,4 puntos, son muy inferiores al 2,4% que pronosticó el ministro Escrivá y siembran dudas, porque el principio de 2021 –rebrote de la pandemia y temporal incluidos– no presagia nada bueno. Ahora, los cálculos más realistas retrasan hasta 2023 la recuperación de lo perdido en 2020, siempre que no haya errores de bulto en la política económica. En cualquier caso, ante tamaña catástrofe, unas décimas más o menos de PIB tampoco significan mucho, como explicaba Julio Alcaide (1921-2013), padre de la estadística española moderna, que para ilustrar las incertidumbres en la medición de la economía decía que él, que se consideraba un buen católico practicante, esperaba ir al cielo y encontrase con San Pedro para preguntarle: «¿Cuál es de verdad el PIB de España?». El santo, sin duda, ajustaría algo las décimas, pero eso no cambiaría ni el desastre de 2020 ni el lustro perdido.