Economía

Una de las mayores trabas al desarrollo económico español

Adam Smith, en su obra magna sobre economía, titulada «La Riqueza de las Naciones», prácticamente inicia esa investigación concreta desde el comienzo del capítulo II. A partir del capítulo III, explica el incremento de la productividad, provocado, automáticamente, por la división del trabajo, y es impulsada o frenada «por las dimensiones del mercado», y por eso, se necesita una gran homogeneidad en la estructura que éste tenga, unida a la mayor amplitud posible. Y en ese sentido, ¿cómo nos encontramos ahora en España?

En el documento «Doing Business 2013», obra patrocinada por el Banco Mundial, se estudia de qué manera existen trabas o impulsos relacionados con facilidades o dificultades en todos los países del mundo, cuantificando esta cuestión; pero también, para conocer a fondo cuál es la situación de los mercados interiores de España, como consecuencia de las divisiones regionales relacionadas con las autonomías. Con el citado patrocinio del Banco mundial, se ha publicado «Doing Business 2015», para el conjunto que se ofrece en España.

¿Y qué observamos en él? Pues nada menos que debe existir homogeneidad en el mercado interior español para la acción empresarial, pues sin ella, resulta imposible imaginar avances en nuestra economía y, más aún, cuando es preciso pensar en la salida de la profunda depresión económica que, por amplios motivos, y no sólo por la pandemia, soporta ahora España.

Pasemos, pues, a ofrecer los siguientes datos concretos. En primer lugar, la existencia o no, de facilidades para crear una empresa. Donde existen las mayores facilidades es en Andalucía, seguida de la Comunidad de Madrid, Cantabria y Asturias; y donde surgen mayores dificultades es, curiosamente, en Navarra –lo que quizá se deba a planteamientos forales–, así como en Aragón y en Ceuta.

Pero existe la necesidad de contemplar, en el sentido de la promoción empresarial, otra cuestión, la de la «obtención de permisos de construcción». Las mayores facilidades se encuentran en La Rioja, seguida inmediatamente por Asturias y Baleares; y las menores, en ese terreno, existen, en primer lugar, en Galicia, que sólo supera levemente a las de Baleares. Por lo que respecta a la obtención de suministros eléctricos, evidentemente también fundamentales, la mayor ventaja es la existente en Cataluña, seguida por Navarra y el País Vasco; y las mayores trabas las encontramos en Ceuta y Canarias.

Otro problema es el del Registro de la Propiedad para el mundo empresarial, y eso es especialmente importante en el caso de las pymes; donde es más fácil superar esa dificultad es en Ceuta, seguida de Andalucía; y, donde existen mayores impedimentos es en Andalucía y la Comunidad Valenciana.

Este panorama tan variado, dentro de un territorio que no es precisamente colosal en su extensión, provoca que, si no existen facilidades para impulsar la acción empresarial, se consoliden aún más estos datos, creando diecinueve áreas sin enlazar. Al analizar todo ello observamos que las tres con mayores facilidades conjuntas y su lógica repercusión empresarial, son, de mayor a menor ventaja –gracias a una adecuada cuantificación–, Madrid y Navarra; y los mayores problemas para frenar la actividad empresarial se encuentran en Galicia, Aragón y Ceuta.

Y debe añadirse que, en ese estudio, se señala que, «salvo en la obtención del permiso de construcción, todas las Comunidades Autónomas están por debajo de la realidad de la Unión Europea y ninguna se sitúa por encima en ese ámbito comunitario y, como consecuencia, el coste medio en España es superior a la media del coste empresarial de la OCDE, y es más del doble de la media de la Unión Europea para la obtención de permisos de construcción».

En este análisis al que se ha hecho referencia se señala, como consecuencia de todo lo expuesto y mucho más con datos adicionales, que «abrir una empresa en España requiere de media 9,4 trámites, 17 días, un coste equivalente al 4,2% de la renta per cápita, y el desembolso del capital social equivalente al 13,8% de la renta per cápita. A pesar de haber mejorado en los últimos años, el proceso sigue siendo el más engorroso y caro de la Unión Europea». A eso se añade la heterogeneidad colosal que se vislumbra, tras los citados datos anteriores de las diversas Comunidades Autónomas. ¿No es evidente que nos encontramos, en España, a espaldas de lo que recomendaba Adam Smith?