Economía

Billetes de millón y el test del pato

Los expertos creen que será pasajero, pero reaparece el fantasma de la inflación

Pedro Sánchez, siempre hábil, le hizo ayer un guiño a Irene Montero, y todos contentos hasta la próxima bronca en la coalición, inminente por otra parte. La ministra, virgen de actividad legislativa, quería salir a la calle el 8-M, pero el Gobierno y la titular de Sanidad, Carolina Darias, no eran partidarios, y manifestarse en contra del Ejecutivo del que forma parte –con todas sus ventajas– podía ser demasiado, a pesar incluso de la doctrina Iglesias de que «hacer política es cabalgar contradicciones». El inquilino de la Moncloa, en cualquier caso, decidió dorarle la píldora a Montero en un día en el que también ocurrieron más cosas: las discrepancias entre los ministros de Unidas Podemos y el resto del Consejo de Ministros sobre el reparto de los 11.000 millones prometidos por el presidente, el estirón de las bolsas y las incertidumbres en los mercados de bonos –deuda y renta fija–, mientras en la Venezuela de Maduro estrenan un billete de ¡un millón de bolívares!, que equivale a ¡medio dólar!

El fantasma de una inflación, más alta de la soñada por algunos y que impulse la actividad, ha reaparecido. El Financial Times ha advertido de que «pueden dispararse los precios al consumo. Los de las materias primas ya se han desbocado y el petróleo –aunque ayer bajó– ha vuelto a superar los 60 dólares. Además, Estados Unidos, se embarcará en gastos fiscales por valor del 10% de su PIB. Es difícil que no avive la demanda y, por extensión, la inflación». Gobiernos y bancos centrales suspiraban por una inflación cercana al 2% e incluso sugirieron que no actuarían si crecía algo más, pero saltan las alarmas con un alza imprevista de rentabilidades de los bonos, antesala de una mayor inflación. Los expertos hablan de repunte pasajero, pero afloran nervios, porque como dice el «Test del pato», atribuido al poeta Whitcomb Riley, «cuando veo un pájaro que anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, lo llamo pato». (Lo de Venezuela y su billete de millón es otra historia, resultado de la hiperinflación provocada por el populismo económico, pero ahí está como ejemplo de disparate.)