Sociedad

La hora de la matanza de Tiananmen

A veces los artículos o los antiguos dueños tienen orígenes dudosos, pero cuenta como un valor añadido para ensalzar en la vitrina

La variedad de recopilaciones y lo que están dispuestos a pagar los «coleccionistas» por determinados artículos imposibles de comprar en una tienda al uso hace que el negocio de las pujas sea de lo más lucrativo. Desde que muchos de los objetos de deseo se anuncian antes en las páginas web de las casas de subastas para llegar a un mayor número de postores, la mayoría de los mortales tenemos más acceso a cómo está el mercado y qué productos alcanzan cifras millonarias. A veces los artículos o los antiguos dueños tienen orígenes dudosos, pero cuenta como un valor añadido para ensalzar en la vitrina. Eso sí, a la histórica casa de subastas Fellows, establecida en 1876, no le ha salido del todo bien una de sus últimas pujas. Fellows, que está especializada en joyas y relojes de lujo, no dudó en programar una subasta de un reloj «medalla» que celebra el asesinato de miles de jóvenes chinos que estuvieron durante tres semanas reclamando democracia en China: la matanza de Tiananmen. En la esfera se puede ver el dibujo de un soldado del Ejército comunista bajo uno de los símbolos de Pekín. En la parte inferior, se lee en chino: «89.6 En conmemoración por sofocar la rebelión». La casa de subastas, con delegaciones en Londres y en Birmingham, no ocultó el pasado de este controvertido reloj de pulsera. «Fue entregado a las tropas por el Comité de Pekín del Partido Comunista y el Gobierno Municipal de Pekín tras las protestas de la Plaza de Tiananmen de 1989 en Pekín». La web de Fellows añadía que «las protestas democráticas de la Plaza Tiananmen de Pekín fueron lideradas por estudiantes en junio de 1989. Se ordenó una ofensiva militar para reprimir las protestas, y una vez que el Ejército Popular de Liberación fue enviado para ocupar partes del centro de Pekín, el incidente provocó la pérdida de muchas vidas, aunque el número exacto es a menudo disputado». En otro párrafo, añadían que «el dueño prefiere mantenerse en el anonimato» y que este reloj era «probablemente uno de los únicos relojes de este tipo que se subastará en Reino Unido».

Las redes sociales, historiadores, periodistas y los pocos jóvenes chinos que sobrevivieron a ese baño de sangre y han logrado salir de China, salieron a criticar duramente la puja que comenzaría en unas 2.500 libras. Y es que con esta medalla con segundero se «subastan las pruebas de la matanza en Pekín», aquel fatídico 4 de junio de 1989. Tras sacar los colores a Fellows y viendo que la indignación era cada vez mayor y hasta llegaban amenazas digitales al dueño del reloj (que al parecer no es ni un militar ni un miembro del Gobierno chino), la casa de pujas inglesa lo quitó de su colección y canceló la subasta programada para el 19 de abril.