Vacunas
A un paso de la Sputnik V
A este paso, terminaremos comprando en el mercado negro la vacuna china, será más seguro.
Hace trece meses que la pandemia llegó con fuerza a Europa y puso a prueba todo lo que nos debía proporcionar seguridad: sistema sanitario, economía y gobiernos. Ninguno de los tres ha soportado el test.
Mientras las UCI de los hospitales se colapsaban, la plantilla médica se dedicaba a la primera línea de Covid 19, se retrasaban pruebas diagnosticas y seguimientos de pacientes de otras enfermedades.
La economía se ha colapsado, la fecha de recuperación es una quiniela y la deuda pública ha crecido como no lo hacía desde la segunda guerra mundial. La debilidad de las estructuras económicas es tan grande que, desde los años ochenta del siglo XX, hemos vivido ocho crisis globales, a razón de una cada cinco años.
Pero la palma se la han llevado los gobiernos. Las improvisaciones y los cambios de dirección han sido tan constantes que, a veces, cuesta saber cuál es la última orden que ha dado el ejecutivo.
Desde desaconsejar el uso de la mascarilla o recomendar a sus hijos ir a manifestaciones masivas, hasta sancionar con elevadas multas por no llevarla puesta, por poner un pie en otra comunidad autónoma o por saltarse el toque de queda impuesto en cada momento.
Reuniones de seis, ocho o cuatro personas, dependiendo de la parte de España en que se esté, cerrado el comercio y la hostelería o abierto según la región y prohibido el turismo en España en caso de ser español.
Pero el último desastre está siendo la vacunación. Retrasos en el calendario, arbitrariedades en el orden de prioridades y desconcierto sobre la seguridad de las vacunas.
Europa ha fallado y el gobierno también. La confusión sobre la vacuna de AstraZeneca no puede ser mayor. Se inocularon, se detuvo su administración, se reanudó con posterioridad y, ahora, se para con carácter indefinido por peligrosa, después de que varios millones de españoles han recibido la primera dosis y ahora no sepan si se van a quedar medio desnudos en términos inmunológicos.
Eso sí, la novedad es que al colectivo entre 60 y 65 se le va a aplicar, no está muy claro si es porque para ellos no tiene efectos o, porque en esa franja de edad se han puesto tan pocas que aun no hay casos de trombosis.
Cuando algunas administraciones autonómicas han intentado la compra de la vacuna rusa, la misma que los rusos no se quieren poner, el ministerio de sanidad lo ha prohibido tajantemente.
Alemania, que remató la reputación de AstraZeneca con su restricción hace unos días, ahora ha iniciado el camino para la compra de Sputnik V, es cuestión de días que el gobierno español ordene su compra y obligue a los mismos que ha prohibido adquirirla, que la apliquen.
A este paso, terminaremos comprando en el mercado negro la vacuna china, será más seguro.
La pandemia, rápidamente derivó en el colapso económico, pero la incapacidad y los errores de las autoridades han provocado una crisis de confianza en el sistema y de credibilidad de las instituciones.
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