Política

El traspaso de lo inmoral

La cesión de las prisiones al Gobierno Vasco es la peor decisión en el peor momento

El traspaso a la Comunidad Autónoma Vasca de la gestión del sistema penitenciario, si bien no tiene objeciones de constitucionalidad, supone un ignominioso y vergonzante hito en la actuación del Gobierno de Sánchez. Otros gobiernos se han resistido a hacerlo, incluidos los socialistas de González y Zapatero, además de los populares de Aznar y Rajoy. No se trata sólo de 700 funcionarios y 1.300 presos. Se trata de las llaves para entrar y salir de las prisiones a las que previamente han acercado a muchos miembros de ETA, y ello en un entorno político nacionalista que nunca ha querido desagradar al mundo de ETA y que jamás ha demostrado ni firmeza ni coherencia en la defensa de las víctimas del terrorismo. El precedente de este traspaso, Cataluña, que es la única autonomía que gestiona cárceles en España al margen del Gobierno Central, no puede ser más desalentador, vista la experiencia reciente con los presos que ellos llaman políticos y que en realidad son políticos presos por sedición, por malversación y por abusar de un poder obtenido democráticamente para imponer de forma totalitaria y por la fuerza su modelo político. En Cataluña, han sacado tantas veces a los presos independentistas de prisión con pretextos administrativos falaces que el Supremo, además de tribunal de guardia en la pandemia, se ha tenido que convertir en tribunal de vigilancia penitenciaria de las decisiones tomadas por la Generalitat. La cesión de las prisiones al Gobierno Vasco es la peor decisión en el peor momento, y la ha tomado el peor Gobierno de la democracia. Este Gobierno no para de hacer cesiones al secesionismo, como vemos también con Esquerra. Por eso le ha dado a esa Bildu heredera de Batasuna, y, por tanto, según el Tribunal Supremo, también de ETA, lo que nunca tuvo: capacidad de influencia política. Los que siguen sin condenar el terrorismo y los crímenes, los que ni siquiera reconocen el daño causado, deciden gobiernos en Navarra, presupuestos en España e incluso las modalidades de contratación de todos los trabajadores españoles. Este traspaso se hace tras vergonzantes acercamientos de condenados por terrorismo a cárceles del o próximas al País Vasco. Supone dilapidar el legado del espíritu de Ermua, Miguel Ángel Blanco fue asesinado por no ceder al chantaje de los acercamientos. Aunque ETA desaparezca, derrotada por la democracia española, el dolor de las víctimas, su irreparable dolor, permanece y permanecerá siempre. De la cárcel se sale, pero para la muerte y las secuelas graves de los atentados de ETA no hay excarcelación posible. Los terroristas irán cumpliendo sus penas, pero la pena de las víctimas no se acabará nunca. Y todo ello además en un entorno que pretende corromper el relato, calificando lo ocurrido de conflicto político. Nunca más fuerte debemos gritar ¡Basta Ya! ¡Qué crueldad tan grande que hoy lo que costó tan caro defender, con el consenso unánime de una sociedad española imbuida por el espíritu de Ermua, le resulte tan barato al Gobierno de regalar a cambio de unas luces encendidas en el tablero de votaciones del Congreso de los Diputados!