El Gobierno de Pedro Sánchez
De la Agenda 2030 a la España 2050
Cuando todavía no hemos asimilado la Agenda 2030, Redondo (Iván, no Nicolás) anuncia la presentación solemne del estudio prospectivo con el horizonte temporal de 2050, encargado por Sánchez cuando se formó este Gobierno en enero del pasado año.
La persona del presidente –«nítido y ejecutivo, como es él»– nos desvelará mañana este estudio que ha causado tal impacto en la UE, que lo utiliza para animar a otros estados miembros a imitarnos. Redondo (Iván) nos adelanta algunas perlas a modo de conclusiones, como asegurar que el tiempo «lo es todo en política», que «no cabe en un vaso de agua», pues «ya no es líquido», sino «gaseoso».
También afirma que solo el futuro puede ser modificado por «la generación de la democracia y la Transición», ya que el pasado no es posible cambiarlo, lo que quizás señale la retirada del proyecto de la Memoria Democrática de la Historia, tan pretérito él. Y nos anuncia la triple fractura que padecemos: territorial, generacional e ideológica, que constituye un reto de futuro.
Para soldar esas fracturas está el presidente, que es un hombre de consenso y un adelantado a su tiempo. Con él al frente, España está en las mejores manos para 2050. Aunque quizás convendría que se ocupara también del presente, y se enterara de por qué se ha producido lo de Ceuta. O que en enero de 2020, cuando encargó ese estudio prospectivo para dentro de treinta años, hubiera sabido que ya había una pandemia en cierne rondándonos.
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