La Opinión de F. Marhuenda

Tres años muy convulsos

Gobernar no es fácil cuando se necesita el apoyo de socios poco recomendables

Más allá del frentismo que se ha instalado en la política española, la realidad es que Sánchez consiguió su sueño de ser presidente del gobierno pero le ha tocado, sin duda, el período más difícil y convulso desde la Transición. En estos tres años ha sucedido de todo, con una fragilidad parlamentaria que le obligó finalmente a un indeseado pacto de coalición con Podemos, ahora en declive, y a afrontar una gravísima crisis pandémica, económica e institucional. Es cierto que los diferentes presidentes tuvieron que asumir retos difíciles y también alegrías, pero la realidad es que poco ha tenido de esto último si es que ha tenido alguno. El gobernar es asumir riesgos y compromisos, pero no es fácil, también, cuando necesita hacerlo con el apoyo de socios tan poco recomendables como los antisistema de los podemitas, los bilduetarras y los independentistas. Me hubiera gustado un gobierno centrado de coalición, como en Alemania, con el PSOE y el PP, pero en España todavía no es posible. Lo que es habitual en la UE, no es posible todavía en nuestro país.

Por ello, la única salida que tenía era la celebración de otras elecciones, es bueno observar lo que ha sucedido en Israel, o explorar un pacto que no quería con Iglesias. Hoy se cumplen los tres años de la llegada de Sánchez y arranca este período final de legislatura con la buena marcha de las vacunaciones, pero con las sombras de una grave crisis económica que está anestesiada gracias a los ERTE y los ceses de actividad de los autónomos, una espiral de endeudamiento que nos llevará a más del 150 por ciento del PIB y la incertidumbre que aqueja a mucha gente. La esperanza reside en la continuidad de la barra libre de liquidez del BCE y la llegada de las ansiadas ayudas europeas. Otro aspecto que marcará este período será el audaz anuncio de que quiere indultar a los independentistas condenados por el Tribunal Supremo. Es una decisión polémica y controvertida. La clave está en lo que suceda en la mesa de negociación bilateral, porque si la confrontación será muy dura con los indultos, será mucho mayor y preocupante para el PSOE según lo que acuerden. Llegan dos años que pueden ser todavía más convulsos.