Política

Sánchez llama al General «Tiempo»

«Sánchez sabe que está en uno de sus peores momentos y cree ya solo puede mejorar»

Napoleón, primero, y Hitler más tarde, sucumbieron en sus guerras en Rusia y la Unión Soviética ante el llamado «General Invierno», solo pertrechado con temperaturas gélidas que congelaban a soldados y material. Siglos antes, Felipe II ya se quejó, para justificar el desastre de la Armada Invencible, de que él no había enviado a sus barcos a «luchar contra los elementos». El clima adverso, en Rusia y en el mar del Norte, influyó pero no fue el elemento decisivo del fracaso de los ejércitos francés y alemán y de la flota española, que sucumbieron, sobre todo, por sus propios defectos. Sánchez, en la Moncloa, que se fija poco en una historia que quizá conozca de oídas, sabe que vive sus horas más bajas y se encomienda, con el aplauso de su estado mayor comandado por Iván Redondo, con el navarro Santos Cerdán de baluarte firme, en el General «Tiempo». El presidente, tan hábil como resistente, ha encajado con resignación el varapalo de esa especie de encuesta que es que más del 95% de los afectados no sigan las recomendaciones del Gobierno y elijan volver a vacunarse con el fármaco de Astra Zeneca, en contra del consejo oficial. Hay pocos precedentes de algo similar y menos en un país como España, casi siempre complaciente con la autoridad, aunque sólo sea para obtener alguna ventaja. La encuesta real de Astra Zeneca no hay Tezanos que la enderece, pero Sánchez, que no mira atrás, cree que marca un punto de inflexión y que, a partir de ahora, el PSOE solo puede remontar, con la ayuda del general «Tiempo». El presidente, además, quiere aprovechar el desplome en la popularidad, para adelantar las medidas más impopulares, desde los indultos a subidas de servicios básicos –la luz– y de impuestos, sin olvidar restricciones derivadas de la pandemia, orientadas a castigar a sus verdugos electorales, como Madrid. Sánchez descendió al averno en el PSOE y, sin duda más por intuición que por conocimiento, siguió el consejo de Churchill: «si atraviesas el infierno, no te detengas, sigue caminando». Ahora, con dos años por delante, recurre al general «Tiempo», que todo lo cura. «O no», como diría Rajoy. Veremos.