Manifestación

Colón, indultos y relator

Si se hace bien, el espantajo de otra supuesta «foto de Colón» no será esta vez más que un inservible cromo repetido

Con independencia del nivel real de aceptación o rechazo social hacia los indultos para los condenados del «proces», probablemente este no supere en demasiados grados a la respuesta que por los cuatro costados del país tuvo hace poco más de dos años la ocurrencia del «relator» ya saben, esa figura que para el Gobierno no era ni más ni menos que la de un notario que daría fe levantando acta de reuniones entre distintos partidos en Cataluña con la reivindicación de la autodeterminación claro está sobre la mesa. La comparación además de inevitable debe de estar ya muy presente en los cálculos estratégicos del Ejecutivo, sobre todo teniendo en cuenta dos hechos irrefutables, el primero, que el escándalo acarreado por la sugerencia de una figura que pretendía situarnos al nivel de democracias de tercera fue detonante para la convocatoria de unas elecciones generales, que sin embargo ganó el PSOE de Sánchez por primera vez y con toda claridad y el segundo, que a día de hoy ya nadie se acuerda de aquel «relator» que puso patas arriba la política española allá por febrero de 2019. La respuesta a la barrabasada tuvo un punto de referencia que le cayó al gobierno socialista sobre la cabeza como la mayor de las bendiciones y que se resumió en la tan traída y llevada pero muy bien aprovechada «foto de Colón» a la hora de movilizar a la izquierda contra el «facherío». El éxito de la movilización cargada de argumentos –una de las mayores de los últimos años– se acabó volviendo contra sus promotores, incapaces de reparar en que esa escenificación de respuesta al «relator» a quien realmente argamasaba era al adversario político.

Ahora ha vuelto a elegirse –bien es cierto que con organizadores ajenos a los partidos– la plaza de Colón para mostrar un rechazo previsiblemente masivo a los indultos. Pero, como si las lecciones del pasado reciente sirvieran de poco, en Moncloa vuelven a relamerse. Repetir el lugar de la pasada foto no deja de ser un error, –como si no hubiera mas plazas y paseos en Madrid– a lo que se añade –aunque no sean convocantes– la presencia de partidos que, ante todo han de evitar la tentación de patrimonializar un acto cuyo sesgo debiera estar lo más pegado posible a la sociedad civil. Si eso se hace bien, el espantajo de otra supuesta «foto de Colón» no será esta vez más que un inservible cromo repetido.