El Gobierno de Pedro Sánchez

Trece monedas de plata

Terminando la pandemia (?), aparece ya «el rey desnudo» en forma de Sánchez noqueado tras el varapalo recibido en Madrid a cuenta de Ayuso, a la que convirtió en su gran objetivo político a batir de forma prioritaria. Su presunta «baraka» de la mano de su Ivanovich Redondo, ha caído estrepitosamente como un castillo de naipes, con la «brillante» estrategia urdida para convertir a Arrimadas en su gran aliada, tras derribar al PP de sus feudos autonómicos en Murcia y Castilla y León, para culminar con Madrid como gran trofeo de la «blitzkrieg» desencadenada el pasado marzo con ese fin.

Hoy todos los sondeos señalan en decadencia a Sánchez y a su PSOE, y con su socio podemita en análoga situación ante una inevitable derrota si se convocaran elecciones ahora. Para aguantar hasta el final de la legislatura, siquiera sea renqueando, necesita a Esquerra como el aire para respirar.

En ese escenario es donde esos trece diputados secesionistas catalanes valen su peso en oro para Sánchez, cuyo único interés es su permanencia en el poder al precio que sea. Quieren indultos, y que Junqueras, una vez libre, se siente a negociar bilateralmente con el Gobierno de la Nación, de tú a tú, la «solución al conflicto político catalán».

La indignidad de tal pretensión no tiene precedentes en ningún país civilizado y digno de tal nombre. Por cierto, además de esas trece monedas de plata «sic Rufián», hay que comprar las cinco de Bildu. Es el precio de la traición a España.