Partido Popular
Tengo médico
A los barones del PP no les viene bien la cita con la llamada foto de Colón
A algunos cargos del Partido Popular, ya se sabe, nunca les ha gustado mucho eso de que les señalen con el dedo por defender a ultranza algo en lo que al parecer creen o dicen creer. Arrastran un complejo de señora respetable a la que no le viene bien romper la rutina, que era lo que daba a entender Rajoy con eso de que no quería líos y Soraya Sáez de Santamaría cuando, directamente, no movía un dedo en batallas ideológicas que, años después, siguen perdidas. Quedarse quieto solo resulta si eres un gato que de un salto inesperado atrapa al ratón. Hay que tener muy buen perfil para mantenerse así todo el rato, tal que una divinidad egipcia. He aquí el jeroglífico. Los padres de sus patrias chicas, de Feijóo a Moreno Bonilla, pasando por el castellano leonés Mañueco, presentan excusas de «agenda» para no aparecer en lo que se llama (aunque no lo sea), la nueva foto de Colón. Es que les viene mal. Han debido llamar a Pablo Casado y decirle eso tan socorrido de que tienen cita con el dentista. Queridos míos, barones, baronesas y candidatos trans(políticos), no binarios, y hasta asexuados, si por algo Ayuso se ganó a la gente fue por no esconderse debajo del pupitre como el alumno al que busca el profesor para preguntarle algo que no sabe. Es el entresijo y la gallineja de la política que en Madrid ya se tiene asumido pero que pisa los callos de los periféricos, que antes que medirse con la presidenta serían capaces de pedir una carta a sus progenitores para protestar la ausencia. Piensan que no ganan nada y que pueden perder mucho cuando al volver a sus pueblos les digan que son unos fachas por ir a defender la Constitución junto a personajes que no son tan de centro centro aunque en esto opinen lo mismo. Sería más atinado mandar un mensaje de apoyo y explicar, no sé, que ya hay suficientes cargos del partido para hacer bulto, pero ese «no me viene bien» los delata tanto en su madriguera que habrá, yo mismo, quien les eche los perros para olisquear el miedo. El centro centro está en Madrid. Si a estas alturas no han aprendido la lección es que no visitan a un buen dentista, de ahí que hayan tenido que concertar otra cita para el día de la foto de la vergüenza de no estar.
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