Indulto

Convencer a los convencidos

«El objetivo de los indultos es evitar que el tercer referéndum se lo organicen a él»

La tarea era –y todavía es, porque no ha terminado– compleja, pero Moncloa la ha encarado con espíritu resolutivo y una audacia siempre limítrofe con la temeridad, como todo en la carrera política del presidente. Pedro Sánchez tenía que pasar de explicar a los españoles en octubre de 2019 que «el acatamiento (de la sentencia del Tribunal Supremo) significa su cumplimiento íntegro», a defender la «magnanimidad» y la «concordia» como sinónimos de la palabra «indulto»; y «revancha» y «venganza», como antónimos.

Los primeros globos sonda sobre la inminencia de los indultos parecían casi vergonzantes. Aquellos que rodean al presidente temían la reacción de quienes no creen que una medida de gracia tan generosa vaya a evitar que, antes o después, asistamos a otra kermesse independentista como las del 9 de noviembre de 2014 y el 1 de octubre de 2017. La duda no es si ocurrirá, sino cuándo y a qué presidente se la organizarán. Y Sánchez no quiere ser ese presidente. Lo insinuó en el Congreso, cuando respondió a las acusaciones de Pablo Casado recordando que los dos referéndums ilegales se los habían organizado a Rajoy. De lo que sería coherente deducir que el objetivo de los indultos es evitar que el tercer referéndum se lo organicen a él.

Ahora, salvado el retraimiento timorato de las declaraciones iniciales, Pedro Sánchez ha decidido convertir los indultos en una bandera de su presidencia, y los defiende con la pasión propia de quien se considera depositario de una misión cuasi bíblica, como un Moisés conduciendo a su pueblo a través de las aguas abiertas del Mar Rojo. La salvedad es que, hasta ahora, Sánchez ha jugado todos los partidos de esta peculiar liga en campo propio: ha ido a Cataluña a rodearse de personalidades proclives a su causa y hasta oficia una solemne ceremonia en el Liceu para convencer a los ya convencidos. Sería conveniente que el roadshow de los indultos pasara también por otros teatros de España, que es un país con opiniones plurales. Y, quizá, por el Parlamento, donde solo está previsto que se debatan los indultos cuando ya hayan sido aprobados por el Gobierno.