El Gobierno de Pedro Sánchez

El machismo plural

Entre la «Ley Trans» y el lenguaje inclusivo, la aportación de la izquierda tras su paso por el Gobierno, va a resultar ser una sociedad sin hombres ni mujeres pero, eso sí, con referencias continuas y continuadas a todos, todas y todes, especialmente a éstos, éstas y éstes, porque desde que el sexo no guarda relación con la biología, y cada uno, una y une puede ser lo que quiera, quiero o quiere; este, esta y esto país es un, una y une manicomio, manicomia y manicomie.

Es la, le y lo consecuencia, consecuencio, consecuencie de poner el Gobierno, la Gobierna y el Gobierne en manos, manas y manes como las, los y les actuales, actualas y actualos; para las, los, les que el género, la génera y el génere están desvinculados del sexo, la sexa y el sexe. Llegados, llegadas y llegades a este punto, punta y punte; el corrector, la correctora y el correctore no me permite continuar, lo que agradezco enormemente porque estoy al límite de mi resistencia o resistencio.

En esta situación pido auxilio, auxilia o auxilie a la policía o el policío, o la guardia civil o el guardio civil. Y que las ministras Montero, Maroto, Calvo, adapten sus machistas apellidos con reminiscencias del heteropatriarcado opresor al feminismo liberador trans, quer, quar o quor, para ser dignas miembras de esta gobierna sanchista y redonda.

Algunos parecen haber perdido el sentido común, o el sentido del ridículo. Posiblemente los dos. Disculpas, disculpos y disculpes.