Opinión
El enredo de los referéndums
La progresiva desaparición de la Administración General del Estado serviría para consolidar la desafección
La precisión en el uso de las palabras y los términos en el Derecho es algo fundamental. Por tanto, no tengo ninguna duda de que Sánchez no miente cuando Ferreras le preguntó en La Sexta sobre el referéndum de autodeterminación. En primer lugar, no se puede celebrar porque sería un acto ilegal. No lo permite la Constitución. Ningún jurista puede avalar semejante despropósito. Una vez constatada esta realidad, cabe recordar que el PSOE nunca aceptaría una iniciativa de estas características. Estamos ante un dilema absurdo. Ni Sánchez podría aunque quisiera, pero hay que reconocer, a pesar de mis discrepancias sobre los indultos o la estrategia de la bilateralidad, que no quiere. Esta perogrullada es la esencia del esperpento que vivimos. Otra cuestión distinta, y por ello no menos inquietante, es que algunos aprendices de brujo quieran impulsar algún tipo de consulta que sirva a los intereses independentistas en la que se retuerza la Constitución para buscar alguna fórmula imaginativa que complazca a los socios parlamentarios del gobierno. En este caso, no sería importante que tuviera efectos jurídicos, porque ya se habría preguntado y lo podían utilizar al servicio de sus intereses.
Lo que busca el independentismo es muy diferente de lo que persigue Sánchez. En este sentido, un nuevo estatuto de máximos podría ser útil en esta estrategia porque serviría para que Cataluña fuera notablemente diferente del resto de comunidades autónomas, con la excepción del País Vasco, y quizá lo pudieran aceptar porque sería un paso muy rápido en la nueva estrategia de crear las condiciones necesarias para la autodeterminación. La progresiva desaparición de la Administración General del Estado serviría para consolidar y ampliar la desafección y no, como creen algunos, para reducir el apoyo a la independencia. Al final, España sería algo cada vez más lejano y difuso haciendo que ERC, JxCat y las CUP fueran ampliando su base electoral hasta llegar a un punto de no retorno. No olvidemos los errores que cometió Cameron con el Brexit y las consecuencias que ha tenido para el Reino Unido y la Unión Europea. No habrá referéndum de autodeterminación, porque todos saben que es imposible, pero nos podemos encontrar con algún tipo de consulta que tenga unos efectos parecidos. En todo caso los independentistas siempre ganan, porque consiguen mucho más poder. No aprendemos de los errores.
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