Economía
La historia económica enseña
Habíamos entrado en el marco de la nueva estructura financiera mundial, con todas las tensiones internas que se quieran
Creo que, al exponer lo ocurrido históricamente al ponerse en acción el SMI en 1963, mostré ya la importancia que, para orientar la adecuada política económica, tiene la Historia Económica. Y ello sucede ahora, porque nos encontramos en estos momentos con un panorama que hay que calificar como muy preocupante para nuestra economía, y eso no es una excepción: sucede una vez más. Téngase en cuenta que, como consecuencia de lo sucedido en la Guerra Civil y el impacto complementario de la II Guerra Mundial, se observó que nuestro PIB por habitante logrado en 1930, no se conseguiría superar hasta 1957; a partir de ahí, es evidente que comienza un fuerte desarrollo de nuestra economía. Estas alegrías se cortaron radicalmente como consecuencia del famoso choque petrolífero, que se liga, históricamente, al inicio de la Transición, con planteamientos extremos en principio, en política laboral, y freno a la economía.
Todo eso marcó un sendero en el que actuarían mensajes oportunos y otros radicalmente equivocados, como sucedió con las medidas de Rodríguez Zapatero, que originaron una situación contractiva que Jordi Maluquer de Motes señalaría así: “La más negativa (etapa) de la historia de la economía española se reconoce en el tiempo actual, esto es, desde el 2007 al 2014 … Sólo desmiente, si se tomara “como una etapa específica, el trío de los trágicos años de guerra entre julio de 1936 y marzo de 1939″.
Esos problemas, históricamente, con claridad se superaron como consecuencia de lo que se puede calificar como una crisis política, que tuvo lugar en el año de 1957. La política económica española estaba dirigida entonces, en el Ministerio de Hacienda, por Gómez de Llano ; en el de Comercio, por Manuel Arburúa; y en el de Trabajo, por José Antonio Girón de Velasco. El conjunto ofrecía problemas enormes en relación con el avance económico español, y por eso, se puso en marcha un planteamiento radicalmente nuevo, en un doble sentido. Por una parte, con cambios ministeriales fundamentales, acompañados de otro tipo de políticos, que enlazaban con esa nueva situación. En el terreno de la economía, en el Ministerio de Hacienda pasó a ser su titular Mariano Navarro Rubio; en el de Comercio tuvo de titular a Alberto Ullastres; y el de Trabajo pasó a ser regido por Fermín Sanz Orrio -pronto substituído por Romeo Gorría-, tuvieron el complemento de una serie de economistas jóvenes muy importantes, que, además, estaban vinculados con los puntos de vista que en la recién nacida Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, se debían a los enlaces de gran altura generados por Valentín Andrés Álvarez, Olariaga, Castañeda y Manuel de Torres ( el más apasionado defensor de cambios radicales). Con la dirección de Torres todo esto se unió a la construcción, por primera vez, de la Contabilidad Nacional de España de 1954 y estas nuevas orientaciones liquidaron absolutamente los intentos de mantener las líneas de la política económica anterior, protagonizadas, sobre todo, por Paris Eguilaz Secretario del Consejo de Economía Nacional. Esta nueva realidad alarmó a muchos políticos, encabezados en principio por el Ministro Secretario General del Movimiento, Solís. Pero el ambiente había pasado a ser diferente. Se conocía por dónde debería marchar el nuevo modelo, con tensiones sobre quién debería ser el gran director de la novedad, si Navarro Rubio o Ullastres. La oposición mostró su debilidad cuando Solís intentó dirigir algo así como una vuelta al pasado y le pidió a un alto funcionario y buen economista - un alto cargo de esa Secretaria General del Movimiento-, Francisco Torras, que le preparase, para llevarlo a Consejo de Ministros, un documento crítico de la política iniciada por el trío señalado. Torras le dijo que su comentario era el que le entregaba, favorable a la nueva orientación. Solís insistió en que cambiase algunos puntos de vista, al enlazar, por ejemplo, con tesis de Paris Eguilaz. Torras alegó razones de conciencia, se negó y fue sustituido. El documento que Solís llevó, de critica al Consejo de Ministros el 10 de noviembre de 1959, con el título de Estudio desde la Organización Sindical Española (OSE) sobre el proyecto de estabilización, no pasó a tener la menor influencia.
Todo lo citado, incluyendo, repito, tensiones entre Navarro y Ullastres, explica por dónde pasó a caminar la economía española, con hechos tan importantes como el ingreso en la OECE, con lo que comenzamos a encontrar la puerta hacia Europa -o nuestra entrada-, con la colocación del tipo de cambio de la peseta a 60 pesetas dólar, una novedad planteada por Ullastres y avalada inmediatamente por el dirigente del FMI, el gran economista Jacobsson -del que he relatado, por haber estado presente, que nos contó cómo, en una reunión con Franco, ratificó los puntos de vista de Ullastres-. Habíamos entrado en el marco de la nueva estructura financiera mundial, con todas las tensiones internas que se quieran, y que merecía la pena que, los que las hemos presenciado, las relatemos, porque eso genera siempre, unas crisis económicas muy serias.
✕
Accede a tu cuenta para comentar