Opinión
¡Carmona, muérete!
Se han revuelto las aguas por el fichaje de Antonio Miguel Carmona. Ha recibido aguijonazos, críticas e incluso invitaciones a abandonar el PSOE.
La dirección socialista no deja de sorprender. A Carmona se le retiró, hace años, de las responsabilidades públicas por sus «malos resultados» que eran, por cierto, bastante mejores que los de su sucesor Pepu Hernández.
Carmona se ha esforzado en caer bien a Sánchez pero, a cambio, este le vetó para que dejase de aparecer en los canales de televisión. Le retiró de la política, impidió que fuese senador, a pesar de que le votaron las bases y le condenó al ostracismo.
Años después, ha aceptado una propuesta de quien ha valorado sus facultades de comunicador, una especialidad escasa en el IBEX35, no las de político o académico.
Usar puertas giratorias no es ético, pero su contrato no es eso, porque no ha sido ni ministro, ni secretario de Estado, ni nada de nada, por tanto, no ha podido hacer favores que ahora pretenda cobrarse. Puertas giratorias son otras, por ejemplo, ser vicepresidente económico y en tres meses fichar por Endesa o hacer méritos desde el Ministerio de Justicia para ser Fiscal General del Estado.
También hay gente sin la formación adecuada y sin experiencia, que preside una importante empresa pública como Correos por el hecho de ser un buen guardián de algunos secretos de Sánchez. Pero esas cosas están bien, por supuesto. El Gobierno tiene interlocución con las grandes empresas, malo sería lo contrario, y para eso, Iberdrola no necesita a Carmona. El problema es que algunos querrían que personas como él se mueran del todo.
Yo he estado muchas veces en desacuerdo con Carmona, pero siempre me ha parecido un desperdicio excluirle. Si en política no le quieren, en el mundo real sí, enhorabuena.
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