Partido Popular

La estéril batalla de Madrid

«El lío se ha desatado por algo que es muy común en la vida como son los equívocos y la falta de comunicación»

La pugna por la presidencia del PP madrileño es absurda y nunca se tendría que haber producido. Los días pasan y los periódicos tenemos buenos titulares, pero es una batalla estéril que conduciría, si no hay cambios, a una victoria pírrica. Es una ecuación en la que cualquier resultado es malo para los populares, pero sobre todo para Casado y Ayuso. En la hipótesis, que creo que no se producirá, de que la pugna acabe en un congreso de confrontación es evidente que no habrá ningún ganador. En realidad, el único que sale beneficiado es Sánchez que ve como su rival se desgasta, en un momento excelente como muestran las encuestas, con un conflicto tan difícil de explicar como de entender. No hay más que leer o escuchar al cuerpo de hagiógrafos monclovitas, que sacan punta del conflicto para esconder los problemas graves que existen entre los socios de la coalición gubernamental, el enfrentamiento entre Díaz, Montero y Belarra o la delicada situación económica española que no consigue enmascarar la propaganda. Por ello, estamos ante un conflicto que deteriora las expectativas del PP.

Hay dos preguntas que se pueden responder con una clara negativa, a pesar del nivel de intoxicación que se ha alcanzado dentro de los populares. La primera es si Ayuso quiere sustituir a Casado. Es algo que se puede descartar tajantemente y la presidenta ha dicho, en público y en privado, que está totalmente a su lado y que su horizonte personal es la presidencia madrileña. Es muy joven y cuenta con mucho tiempo por delante, pero, sobre todo, quiere que su amigo y presidente alcance la Moncloa tras las próximas elecciones. La otra es si Casado tiene celos, está inquieto o quiere prescindir de Ayuso. Es evidente que no. Otra cuestión distinta es que mucha gente está enredando, por razones diversas, pero la realidad es que el partido está a su lado. La victoria es posible y los barones están movilizados, incluida la propia presidenta, en ese objetivo común. El lío se ha desatado por algo que es muy común en la vida como son los equívocos y la falta de comunicación. Muchas relaciones fracasan por estas cuestiones, pero en este caso se resolverá entre Isabel y Pablo.