PSOE
Las Díaz y la Moncloa
Desde que Pablo Iglesias se cortó la coleta, los morados no encuentran su espacio como partido, aunque parece que sí como parte de un nuevo movimiento.
Mas allá de las antiguas disputas internas que terminaron en un sinfín de escisiones y huidas individuales, Yolanda Díaz ha encontrado la manera de encauzar las cosas. Sin estridencias, ha empezado su campaña personal mientras que Sánchez se dedica a consumir su caudal político.
Con las navidades a la vuelta de la esquina, no es descartable un paquete de nuevas restricciones anti Covid 19 mientras que las pequeñas y medianas empresas se asoman al abismo.
La economía va a ir peor de lo previsto, por eso Sánchez ha decidido que Calviño dirigirá la política económica del PSOE, eso sí en la sombra, como la reforma laboral. Es difícil entender porqué la ministra se presta siempre.
Sánchez debería recalibrar los tiempos electorales, porque cada día que pasa está más débil y Yolanda Díaz más fuerte. No tiene fácil justificar un adelanto, porque sería evidente el exclusivo interés partidista. Pero, si no lo hace y decide agotar la legislatura, perderá.
Es una incógnita quién ganará. El enfrentamiento entre los dos bloques ideológicos hace más fácil cambiar de opción votando a un partido del mismo bloque, que saltar al de enfrente.
Si Casado sigue enzarzado contra Díaz Ayuso, seguramente Vox tomará impulso, aunque el saldo neto podría no ser tan favorable a Sánchez, porque podría ocurrir que la opción de Yolanda Díaz cobrase fuerza inesperada a costa de votos socialistas.
En los cambios políticos, Madrid siempre ha ido por delante del resto de España y el 4 M marcó una tendencia que podría tener réplica nacional. Menos mal que Sánchez ha puesto a Lobato para parar a unos y a otros, nos deja tranquilos.
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