Estados Unidos

Kyle Rittenhouse

El jurado ha apreciado que siempre actuó con proporcionalidad a la amenaza a la que se enfrentaba.

Kyle Rittenhouse ha sido absuelto de los siete cargos que pesaban sobre él. Una decisión incomprensible para millones de personas que han seguido el caso desde medios de comunicación fuertemente sesgados en lo ideológico y que han presentado una versión distorsionada de los hechos. Atendiendo a lo que nos ha contado cierta prensa, parecería que el resumen de lo sucedido fue el siguiente: «el supremacista blanco Kyle Rittenhouse, de 17 años, viajó desde su casa a otro estado con un fusil automático para asesinar negros. Finalmente, mató a dos personas e hirió a una tercera, pero un tribunal estadounidense fuertemente racista lo ha absuelto de toda responsabilidad». Tratemos de arrojar algo de luz sobre lo que realmente ocurrió. Primero, no hay ninguna evidencia de que Rittenhouse fuera o sea un supremacista blanco: es una pura invención. Segundo, Rittenhouse sí viajó desde Illinois a Wisconsin, pero lo hizo entre dos ciudades contiguas (Antioch y Kenosha) separadas por 35 kilómetros: algo así como la distancia entre Alcobendas a Getafe. No era, además, una persona ajena a Kenosha: gran parte de su familia (como su padre, su hermana o su abuela) residen allí y él mismo había trabajado en la ciudad. Tercero, Rittenhouse acudió a Kenosha a reparar y proteger el mobiliario urbano violentado por los antifa. Durante el día, Rittenhouse limpió un graffiti en una escuela local, ofreció asistencia médica básica y, por la noche, actuó como patrulla vecinal ante la amenaza de que, como en los días precedentes, apareciera una turba violenta que destrozara los comercios locales. Cuarto, Rittenhouse no viajó desde Antioch a Kenosha armado: fue en Kenosha donde recibió un fusil semiautomático (legal según las leyes de Wisconsin) de manos del novio de su hermana. Quinto, durante la noche de los altercados, Rittenhouse disparó siempre que sintió amenazada su vida. Lo hizo primero contra Joseph Rosembaum, un perturbado mental condenado por abusos reiterados a menores, quien ese noche se puso a perseguir a Rittenhouse durante una larga distancia amenazando con matarlo: los disparos (que trágicamente acabaron con su vida) sólo llegaron cuando Rittenhouse estaba acorralado y Rosembaum iba a arrebatarle su arma (¿para consumar su amenaza?). A partir de ahí cundió el caos y la confusión: Rittenhouse, desconcertado por lo sucedido, trató de huir buscando a la policía y, en ese momento, es probable que parte de los antifas creyeran (aunque esto no ha quedado confirmado) que estaba intentando disparar a otras personas, no en defensa propia sino cual agresor salvaje y descontrolado. Eso provocó que parte de los manifestantes se abalanzaran sobre él. Uno de ellos, Anthony Huber, llegó a coger a Rittenhouse y trató de desarmarlo mientras le golpeaba con su monopatín; otro de ellos, Gaige Grosskreutz, llegó incluso a apuntarle con una pistola. Es comprensible que en medio de esa situación (recordemos que son momentos de altísima tensión en los que nadie conoce las intenciones de la otra parte) Rittenhouse temiera seriamente por su vida y, en respuesta, disparó a Huber (quien también terminó falleciendo) y a la mano de Grosskreutz (solo después, tal como Grosskreutz ha declarado en el juicio, de que apuntara a Rittenhouse con su pistola). Nos podrá parecer imprudente que un joven de 17 años, ante la absoluta dejación policial en la zona, actúe como patrullero armado: pero Rittenhouse no hizo nada ilegal. El jurado ha apreciado que siempre actuó con proporcionalidad a la amenaza a la que se enfrentaba. Por eso ha sido absuelto y por eso a mucha prensa no le ha quedado otro remedio que mentir.