Cataluña

A pesar del Govern, el catalán no avanza

«Alumnos y profesores se expresan en castellano de forma mayoritaria en los centros docentes catalanes»

El dictador Franco desdeñó el idioma catalán de forma tórpida y absurda. La principal reacción contra la tropelía la protagonizó José María Pemán. Su artículo El catalán, un vaso de agua clara irrumpió en la vida cultural española con un estruendo imparable. Un grupo de intelectuales independientes hizo público un manifiesto en favor de la lengua catalana. Yo fui uno de los firmantes.

Me entristece ahora, y me avergüenza, que el Gobierno de la Generalidad esté actuando de forma dictatorial contra el idioma castellano. Es un despropósito. El castellano es la segunda lengua del mundo, a mucha distancia del inglés, pero son ya 580 millones las personas que se expresan en castellano como lengua materna.

La reacción del pueblo catalán frente a la tropelía de algunos sectores secesionistas está clara. El catalán empieza a tambalearse en las aulas según el estudio elaborado por el Consejo Superior de Evaluación de Cataluña. Hace 15 años se expresaban en catalán, siempre o casi siempre, el 67,8% del alumnado. La cifra actual apenas supera el 21%. Y el 49% no utiliza el catalán nunca o casi nunca. Entre los profesores solo el 46,8% emplean el catalán frente al 67,3% de hace unos años.

En una encuesta científica e independiente, la de GAD3, se especifica que en Barcelona los jóvenes solo usan el catalán el 28,4% frente al 35,6% que lo hacía en 2015. El castellano por otra parte, conforme a la encuesta GAD3, es la lengua habitual para el 62,1%, y se ha incrementado en 7,5 puntos sobre el último sondeo. Y lo más significativo: ocho de cada diez catalanes rechazan la discriminación del castellano en la Comunidad Autónoma.

Hay que proteger, ayudar, estimular la lengua de Pere Gimferrer y Josep Pla, pero no a costa de agredir al castellano. Las gentes medias suelen reaccionar de forma muy certera contra las imposiciones. Sobre todo, contra las imposiciones absurdas e incoherentes. Tal vez no sea ocioso recordar el pensamiento de Antonio Maura, director de la Real Academia Española, cinco veces presidente del Gobierno: «El idioma no tiene ni puede tener otro autor sino el pueblo, de quien es aliento y semblante».