Arabia Saudí

Turismo deportivo

Los regímenes de la península arábiga sojuzgan a mujeres y homosexuales, aparte de explotar a los trabajadores para acumular a cambio unas riquezas enormes

Se celebró la Supercopa y tuvimos la suerte de ver partidos muy buenos con equipos pletóricos y motivados. Eso hace más doloroso que tuviera lugar en un país lejano, hurtándonos la posibilidad de disfrutar de esa excelencia en directo. Los patrocinadores publicitarios no se han dado cuenta de que una competición deportiva no es solo un evento, un resultado, un marcador, sino que arrastra además otros ritos y unas tradiciones previas que es lo que hace que el aficionado se enamore de ellas y les sea fiel. El día más importante de la liga inglesa es su jornada navideña, precisamente porque han creado la costumbre de ser los únicos que no paran en esas fechas y así concentran todas las miradas. Pero esa ventaja es meramente de calendario y no cambia el lugar de competición. Si se aspira a imponer el turismo deportivo, lo obsceno es negociar con destinos que sabemos perfectamente que lo único que pretenden es blanquear sus lamentables dictaduras. Los regímenes de la península arábiga sojuzgan a mujeres y homosexuales, aparte de explotar a los trabajadores para acumular a cambio unas riquezas enormes. Su idea es que el pueblo y el común de las gentes tenga la entidad de una compresa: que no moleste, no se mueva y no traspase. Si no quieren que el trato que dan a los sojuzgados traspase sus fronteras, que no perpetren esas conductas; pero intentar sustituir las noticias sobre ellos por bellas imágenes deportivas es una sustracción que no debemos permitir. Cada imagen de un bello gol debería ser obligatorio que fuera acompañada por los videos locales de las ejecuciones de latigazos a adúlteras, las detenciones de quienes manifiestan libremente su sexualidad, los accidentes de trabajo de una mano de obra pagada miserablemente, etc.

Nada en contra de que la federación reciba 40 millones. Pero no podemos pasar por encima de la dimensión trágica del asunto para fijarnos solo en su aspecto simplemente deportivo.