Opinión

«Estúpido hijo de perra»

Cuando están en la oposición son pelotas y cuando alcanzan el gobierno se vuelven soberbios

El simpático presidente de Estados Unidos insultó ayer a un reportero de la Fox News llamándole «estúpido hijo de perra», pensando que el micrófono estaba apagado. Es una descalificación muy soez y agresiva. Por supuesto, pidió perdón al conocer que la enorme metedura de pata era de dominio público. Biden mostró su auténtico rostro, algo que siempre he tenido claro, pero es bueno confirmar que muchos políticos coinciden con él. Es algo que he escuchado en privado refiriéndose a periodistas críticos. Es verdad que no siempre se utiliza un término tan soez, pero en este caso es muy descriptivo del pensamiento del presidente hacia los reporteros que no compran su deteriorada mercancía. Biden me parece un personaje lamentable y me sucedía lo mismo con Trump. Dos populistas de distinto signo. Es verdad que el primero es el típico vendedor de coches usados que esgrime esa sonrisa falsa y que se siente superior a los periodistas. El otro, un bocazas incontinente y grosero.

Hay cosas que siempre me han molestado. La primera es que seamos unos «hijos de perra» o «de puta», me es igual porque son términos de uso indistinto. Es bueno aclarar que al ganado político hay que darle de comer aparte. Es la expresión de un inconsistente sentido de superioridad. Cuando están en la oposición son pelotas y cuando alcanzan el gobierno se vuelven soberbios. No son todos, pero hay bastantes que sufren el mal de altura. Luego está esa chorrada cuando alguien dice en una reunión o encuentro de amigos o conocidos: «no cuentes nada». He de reconocer que siempre tengo la tentación de aclararle que lo que me está contando no me interesa. Es el tópico de pensar que la condición de periodista, de la que me siento muy orgulloso, comporta la indiscreción. El tiempo que estuve en política parecía que si había una filtración debía ser culpa mía. En cierta ocasión, Rajoy me recomendó que era mejor que dijera que era profesor de Derecho Constitucional. No era un mal consejo, porque cuando dices que eres periodista y no te conocen se ponen en guardia. Otra cosa incómoda es la cantidad de preguntas que te pueden hacer, porque se supone que somos una Wikipedia informativa andante y sabemos de todo. Esto lo llevo mejor.