Vladímir Putin
«Criminal de guerra» le llaman por ahí
Poco me parece ese apelativo para un hombre como Vladímir Putin, que decide invadir un país sin ningún tipo de escrúpulos
«Criminal de guerra» le llaman por ahí. Y a él le parece «imperdonable». Según la Convención de Ginebra, criminal de guerra es aquel que comete delitos como asesinatos y ataques deliberados contra civiles, usa a personas como escudos humanos o destruye ciudades y pueblos sin necesidad militar. Poco me parece ese apelativo para un hombre como Vladímir Putin, que decide invadir un país sin ningún tipo de escrúpulos, bombardeando colegios, viviendas, teatros que son refugios de civiles, aprobando que se dispare indiscriminadamente a personas que hacen cola para comprar el pan, provocando el mayor éxodo de refugiados europeos en décadas. Y a su vez, lleva a su propio pueblo ruso al abismo de la bancarrota y el aislamiento en solo tres semanas.
No contento con todo esto, su régimen también se atreve a chantajear a terceros países, como Bosnia, con «una respuesta» si se atreve a ingresar en la OTAN. Al resto del planeta, por extensión, Putin y los suyos nos empujan a un escenario que da vértigo. Solo el indescifrable régimen chino parece tener en sus manos, a estas alturas, la posibilidad de contribuir a la guerra o a la paz mundial. Crucemos los dedos ante la reunión que mantienen hoy el presidente estadounidense Biden y el chino Xi Jinping porque no sé qué más nos puede pasar, ni cómo podemos espantar esta nube negra de catástrofes.
Por aquí estábamos superando a duras penas una señora pandemia, con sus correspondientes consecuencias económicas, una tragedia volcánica... Y ahora nos toca afrontar un escenario aún más inquietante, con la inflación desbocada desde hace meses.
El precio de la luz está obligando a cerrar cada día más negocios. Los carburantes, en máximos históricos, han derivado esta semana en paros de transportistas que no dependen de las grandes patronales. ¿Y qué ha decidido al respecto este Gobierno? Sobre esos transportistas nada importante, de momento. Más vigilancia policial, porque son «de la extrema derecha». Y los sectores afectados por esta huelga, todos los de la cadena alimentaria, temiendo entretanto un desabastecimiento de productos que ya puede percibirse en ciertos mercados del país. Respecto al precio desorbitado del combustible, nos piden en Moncloa que esperemos al 29 de marzo. No hoy, tampoco mañana. El día 29, por fin, conoceremos el Plan Nacional de Ejecutivo que incluye rebajas fiscales sabiendo que Francia, Portugal, Alemania y otros vecinos en nuestra misma tesitura, ya han anunciado y aplican diferentes medidas para que el problema del carburante no colapse las actividades esenciales de su tejido productivo.
Este Gobierno lento de reflejos tampoco tiene listo aún un plan de acogida para los miles de refugiados ucranianos que llegan a suelo español desde hace semanas, huyendo de la guerra. A este paso, acabaremos informando de 17 planes de acogida, dependiendo de la Comunidad. Y el ministro del ramo, a por uvas.
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