Podemos

Podemos es Putin

La chusmaza podemita no anhela la paz, como afirman, sino la victoria Putin al coste que sea

Manda huevos que tengan que venir de fuera para poner negro sobre blanco el más que presunto colaboracionismo de Podemos e IU con Adolf Putin. Y ese «de fuera» es ni más ni menos que el ministro de Defensa de Ucrania. Oleksi Reznikov afeó la conducta de nuestro presidente ante el Parlamento Europeo al calificar de «vergonzoso» que dé cobijo en el Gobierno «a los comunistas cómplices de Putin». «Presionen, salgan a las calles y hagan manifestaciones», suplicó en traje caqui de combate desde una Kiev que es la Sarajevo de nuestro tiempo, «contra los gobiernos que ahora son medio comunistas o pro Putin». Una más explícita que implícita andanada de destinatario único, ya que entre los 27 sólo existe un Ejecutivo con comunistas: el de España. El 29 de enero ya señalé en este mismo hueco que «Podemos siempre está con los dictadores». Da igual que sea narco, asesino, terrorista y ladrón (Nicolás Maduro), que cuelgue homosexuales y lapide mujeres (Ali Jamenei) o que mate opositores (Daniel Ortega) con la misma fruición que cualquiera de nosotros aplastando incómodas hormigas en el parque del barrio. Lo que nunca sospeché es que se canteasen tanto con ese discípulo aventajado de Hitler que es el hijo de Satanás de Putin. Que están a muerte con el sátrapa lo demuestra el hecho de que desde el minuto 1 han remado a la contra desafiando al núcleo socialista. Las Montero, Belarra y cía. lograron en el primer estadio de la crisis que el Reino de España hiciera el ridículo más espantoso en la OTAN al decidir mandar a la nación azul y gualda chalecos antibalas, máscaras antigás y cascos. Resulta obscenamente perogrullesco deducir que lo que ellas, ellos y elles deseaban es que el Ejército Rojo masacre a esa nación que está dando una lección de dignidad y coraje. ¿Me puede alguien explicar para qué carajo sirve un chaleco antibalas o un dispositivo para neutralizar vapores tóxicos en una contienda en la que se emplean tanques, aviones, helicópteros y misiles de primera generación? Que nadie se engañe: el arsenal del país más extenso del mundo no es ni por el forro la antigualla que nos venden los medios occidentales, entre otros motivos, porque dedica el 4,2% de su PIB a Defensa –casi cinco veces lo que España y el triple que la media de la UE– y porque su malvado presidente lleva años pertrechándose militarmente a saco al calor de los ingentes ingresos por la venta de petróleo y gas al extranjero: 250.000 millones de euros anuales. La chusmaza podemita no anhela la paz, como afirman, sino la victoria de Putin al coste que sea. Cuando en un conflicto tan evidente desde el punto de vista moral te sitúas verbalmente en el medio es obvio de qué lado estás. Lo de la neutralidad y la no injerencia es hasta aconsejable cuando los dos contendientes se hallan en el mismo plano ético. Aquí no. Aquí está meridianamente claro quién encarna el mal y quién el bien. Pocas veces un silogismo fue tan fácil. Ocurre como con el nazismo, donde como apuntó el gran Joachim Fest sólo se podía decir «no», o como en la guerra de la antigua Yugoslavia, donde una parte se defendía de la otra que eliminaba indiscriminadamente población civil con la matanza de Srebrenica (8.300 personas ejecutadas) como siniestro símbolo. A ver si con la excusa del volantazo en el Sáhara, esta banda se larga del Gobierno y se va a currar con su jefe Putin o Sánchez los pone en esa puñetera calle de la que nunca debieron salir.