Estados Unidos

El regreso de los bloques

«La caída del Muro de Berlín y la descomposición de la URSS no comportaron un cambio profundo en Rusia»

Finlandia y Suecia, como es evidente, nunca han estado al lado de la Unión Soviética o de Rusia, que son lo mismo. La caída del Muro de Berlín y la descomposición de la URSS no comportaron un cambio profundo en Rusia. Por supuesto, la lectura fue que Estados Unidos y sus aliados, las democracias occidentales, habían ganado la Guerra Fría. Ahora sabemos que solo fue un paréntesis y que caminamos, otra vez, hacía la división de la mayor parte del mundo en dos bloques. Es cierto que encontraremos, como entonces, algunos países que preferirán situarse como no alineados, pero la realidad es que el conflicto tiene un alcance mucho mayor que la invasión de Ucrania. Es una reestructuración del poder mundial. Nada puede justificar una agresión como la perpetrada por Putin, pero hay un exceso de optimismo, que no creo que se corresponda con la realidad, sobre la marcha de la guerra. Los estadounidenses y los europeos tienen una imagen de los rusos y su ejército condicionada por lo que han visto en las películas y las series de televisión o leído en las novelas. Esa imagen de corruptos, criminales y perdedores resulta peligrosa a la hora de afrontar un análisis objetivo de lo que está sucediendo y sus consecuencias.

Estamos ante una guerra tradicional, aunque no importa cómo la denomine el autócrata del Kremlin, y las consecuencias son devastadoras. No solo en Ucrania, que está siendo arrasada, sino, también, por el impacto económico que tendrá, sobre todo, en la UE y el peligroso reequilibrio de fuerzas en el mundo. En el caso de Estados Unidos es una guerra cómoda, porque no participa directamente. Se limita a suministrar armamento que los ucranianos prueban sobre el terreno mientras la poderosa industria estadounidense aumenta sus ingresos y se crean puestos de trabajo que Biden espera que le sean muy útiles en las próximas elecciones legislativas. A esto hay que añadir que se forrarán con la venta de petróleo y gas a los europeos. El negocio no puede ser más redondo. La decisión de Finlandia y Suecia, que quieren incorporarse a la OTAN, puede tener consecuencias muy graves, porque Rusia la considera una agresión. Por cierto, tengo interés en saber cómo resolverán la oposición de Turquía.