Rey Emérito

Juan Carlos I Sin Tierra, personaje de Shakespeare

Nadie lo ha preguntado, pero a lo mejor, los españoles que han condenado los errores de Juan Carlos I, también preferirían que viviera el resto de su vida en España

Shakespeare pone en boca de Ricardo II, otro rey que también tuvo que abdicar, un soliloquio extraordinario, que algunos críticos, como Harold Bloom, colocan en la cima de la obra del dramaturgo. «Así represento yo en una sola persona muchas gentes,/y ninguna se contenta. A veces soy rey» se lamenta Ricardo II al final de su vida. Juan Carlos I ha vuelto, de visita por ahora, a España, de donde quizá nunca debió marcharse, aunque algunos sostengan que eso era lo mejor para la monarquía y para Felipe VI. El rey emérito, al que parece que no le gusta ese apelativo, alejado de su país para una especie de moderno Juan Sin Tierra, el cuarto hijo de Enrique II de Inglaterra, denominado así porque no recibió de su padre ninguna posesión, aunque después fue el único superviviente de sus hermanos y, entonces, lo tuvo todo. Juan Sin Tierra, recordado como mal rey, fue obligado por la nobleza a firmar la Carta Magna. Juan Carlos, por el contrario, por decisión suya, renunció al principio de la Transición a todos los poderes –casi absolutos– que tenía y tras casi 40 años (1975-2014) abdicó la Corona en su hijo Felipe. Hay un antes y un después de Juan Carlos en un país que, durante esos años experimentó el mayor progreso y desarrollo de su historia hasta el punto que, como hubiera dicho Alfonso Guerra «no la conoce –a esta España– ni la madre que la parió». Fue un éxito colectivo, de todos los españoles, no solo de Juan Carlos I, pero que él inició y también impulso. Luego, cometió errores personales –y algunos graves– pero que no invalidan sus éxitos. Es burdo, pero los goles de Cristiano o de Messi valían lo mismo al margen de si cumplían o no con el fisco. Hay algo, aunque escandalice, del rey Lear en Juan Carlos I. Son historias distintas, pero también dramas generacionales, como ve Bloom en la tragedia shakespereana. En la peripecia del rey emérito el choque abarca a su propia familia y a parte de las generaciones más jóvenes, incluidos algunos políticos. A pesar de todo, resulta insólito que no pueda vivir en su país, como ocurre en el Reino Unido con los miembros de la familia real, protagonistas de numerosos escándalos. Nadie lo ha preguntado, pero a lo mejor, los españoles que han condenado los errores de Juan Carlos I, también preferirían que viviera el resto de su vida en España, y es probable que quienes lo impiden se equivoquen. «A veces soy rey», decía Ricardo II mientras que el bufón de Lear profetizaba que «entonces el reino (de Albión)/ entrará en gran confusión». Juan Carlos I Sin Tierra, personaje de Shakespeare.